Mares verdes de olivos
Con sus frutos milenarios
Que son oro para el sabor
Mediterráneo y apreciado por todos
Pero no todo es tan bello
Para el propio olivarero
Que empieza a trabajar
Muy de mañana
Cuando la escarcha
No se ha ido
Que hasta los guantes
Traspasa
Con las jornadas
Muy duras
Para coger una a una
Las aceitunas
Pasan el día
Cantando
Las coplas de sus
Mayores al ritmo del varear
Por fin el fruto llega
A la almazara
Transformándose en la
Más noble grasa que es
El virgen aceite de oliva.