Es increíble lo que una persona es capaz de hacer si es un déspota y no le interesa ninguna otra persona que no apoye sus fines.
La verdad es que me estoy refiriendo a un DÉSPOTA especial ya que la naturaleza le ha dado ese don especial que se convierte en ideas maléficas en cuanto se mira al ESPEJO, y se ve como un ser único.
La demostración de lo que estoy diciendo ha sido en la aspiración legítima de acceder a la Presidencia del Gobierno del Sr. Feijóo ya que había ganado las elecciones de manera totalmente rotunda.
Pero este hecho demostrable para cualquier humano, para este DÉSPOTA, una vez mirado a su espejo, no tiene ninguna validez. Como será que ni tan siquiera tuvo el valor de debatir con el ganador de las elecciones, con lo cual demostró que tenía más miedo que once viejas -dicho con más respeto y corrección, ONCE SEÑORAS MAYORES-.
Ahora los sapos que tragó, aunque muy arropado por sus Ministros, que beben los vientos por su DÉSPOTA, ni siquiera esas circunstancias tan calentitas que proporcionan las Ministras le hicieron comportase como una persona normal. Y no tener una risa nerviosa durante las intervenciones del Sr. Feijóo.
Pero esto que es anormal del todo, para un DÉSPOTA, no tiene la más mínima importancia, pues manda al RUEDO a alguno de sus peones y Santas Pascuas, y así nos vamos haciendo viejos pero, que nos coja confesados y comulgados.