En estos momentos, en que todos los países, tanto del bloque oriental como del bloque occidental, fundamentalmente lo que hacen, aparte de negociar, es calcular perjuicios y beneficios -que a eso se le llama negociar-.

Como se supone que los que están en esa pomada son personas, ninguna de ellas son mindundis, sino todo lo contrario, que son del máximo relieve internacional, además están rodeados de asesores de todas las materias que puedan exigir cualquier tipo de negociación aunque sea sobre una guerra, ya que detrás de cualquier guerra están los intereses materiales.

La llamada geopolítica con tan rimbombante denominación, también persigue los mismos fines que no son otros que los intereses materiales sobre todo los territoriales, los de dominio y por supuesto también los de influencia.

Pero claro, estamos en el siglo XXI y ya las guerras no son como eran antes, incluida la Segunda Guerra Mundial. Salvo que se pactara que fuese limitada -cosa casi imposible- porque se sabe como empiezan pero nunca como terminan.

Hoy, cientos de miles de efectivos que tiene Rusia apostados ante las fronteras de Ucrania, quedarían anulados en una primera intervención por parte del bloque occidental. Eso lo sabe el dirigente Ruso Putin. Lo que significaría una guerra total y quizás la última.

Pero es que, también lo saben los Estados Unidos con su Presidente a la cabeza. Evidentemente los dos bloques están los suficientemente armados como para barrernos de la faz de la tierra.

En esas situaciones hemos vivido la humanidad durante tres cuartos de siglo, tiempo en que los bloques han aprovechado para ir desarrollando más y más sus armamentos, y hoy dichos armamentos ni lo podemos tan siquiera imaginar.

Gracias a tal situación hemos sobrevivido con una cierta seguridad superando la Guerra Fría, pero ya las contiendas después de la tragedia de Hiroshima y Nagasaki que demostraron que ya las guerras no iban a ser como antes, que consistían en enviar hombres a los frentes hasta que los mataran o se “pudrieran” en sus trincheras.

Todo esto que escribo, yo que soy un lego en la materia, lo saben a la perfección los líderes mundiales, y pienso que si hay algunos gramos de cordura en ellos no se atreverán a empezar primero por muchos cientos de miles de soldados que exhiban frente a cualquier frontera -en este caso Ucrania- ni en los grandilocuentes desfiles triunfales.
Este comentario, es continuación a otro que se ha publicado el 2 de febrero de 2022 y que lo titulo; SACANDO TAJADA.

EL LIBRO LAS MIL Y UNA REFLEXIONES
A BENEFICIO DE LA GRAN CAUSA COMO ES:
LA FUNDACIÓN ALADINA DE NIÑOS CON CANCER
ESTÁ DISPONIBLE A UN PRECIO DE 12€ EN COPEMI.
en Avda. Reina Victoria 71. Tel. 91 534 26 41
Y A 15€ SI HAY QUE ENVIARSELO A DOMICILIO.
Pedidos a: copemis@yahoo.es
Ud. debería comprar este libro por dos razones:
La primera, para ayudar a unos niños que, por desgracia, padecen CANCER.
La segunda, tener un libro de Mil Y UNA REFLEXIONES, que aunque no sea alta FILOSOFÍA, sí es la filosofía de la vida, que nos está tocando vivir, en estos tiempos de enorme competencia.