Poca optimización del gasto.
Un estado moderno, o sea, dentro del contexto de estados europeos, como aspira a ser el nuestro, tiene unos gastos elevados, pues los servicios que ofrece al ciudadano son cuantiosos sin entrar aquí en detalles, y luego la propia estructura administrativa, que ha de ser a su vez importante, para poder dar con eficacia esos cuantiosos servicios a los que ya me he referido.
Entonces está muy claro que estos son los conceptos de gasto puro, o lo que es lo mismo, que no tendrían ninguna contra-partida productiva, por lo menos visto desde la vertiente económica que aquí estamos tratando.
Una vez llegados a la conclusión de que esos dos conceptos de gasto son importantes y que en la idea de los propios estados modernos está el que esos gastos sean cada vez superiores, idea que comparte el nuestro y el que suscribe como ciudadano.
Bien, una vez visto esto, entramos en otros gastos, los que hace el estado con contrapartidas económicas, es decir, las inversiones “productivas” o lo que ha venido en llamarse gasto público, y la verdad o es un gasto o es una inversión, es por eso por lo que he entrecomillado la palabra productiva, porque el concepto en materia económica ha de estar muy claro, totalmente claro.
Una vez determinados los tres grandes conceptos de gasto, dos totalmente definidos y el tercero no tanto, en que el estado gasta el dinero, entraremos aunque no sea nada más que de pasada, en la financiación de esos gastos, que sin ser pero el estado otro concepto de gasto, ya que para él solo cuentan los ingresos, o lo que es lo mismo, siempre va a depender de los ingresos y su estos no son suficientes, se aumenta el déficit público.
Para qué entrar en las funestas consecuencias que conlleva esas circunstancias, solo decir a modo de conclusión a la optimación del gasto, que lo principal para lograrla, según mi criterio, es tener claro de una forma cualitativa y cuantitativa, los conceptos y también tener claro cómo se financian, es decir, los ingresos que vienen dados a su vez por el producto.
Entonces hago la siguiente ecuación para saber qué es lo que realmente hay que potenciar para alcanzar esa optimización:
– Costo = + Producto + Ingresos + Gasto
Excesiva inflación
La inflación es como todos sabemos un fenómeno histórico que se ha hecho crónico en nuestros días, y es harto difícil poderle erradicar pues eso es imposible, sino combatirlo para por lo menos reducirlo.
Digo que es difícil el combatirlo pues no solo depende de lo que hagas tú como estado, sino que depende también de lo que hagan los demás y sobre todo si en los demás están el grupo de más influencia, o lo que es lo mismo, de más poder económico esto hace que aumente tu dificultad. Visto de esta forma, el panorama no puede ser más sombrío, pero es que no existe otro, por lo menos a mi entender y como la realidad por muy dura que esta sea, siempre es mejor que la ilusión, sobre todo en este terreno, sin quitar ninguna grandeza a la ilusión pues tendríamos que recurrir a ella, en muchas o en todas las ocasiones para el logro de unos determinados objetivos, pero, siempre como apoyo moral y nunca como base real.
O sea que el tema de la inflación hay que plantearlo con mucha ilusión por supuesto, pero con toda la realidad del conocimiento que se tenga de las políticas económicas de todos los demás países y – sobre todo, de aquellos que las marcan o las imponen y del análisis constante de nuestra económica y de nuestros recursos.
Estancamiento crecimiento interior
Sobre esto solo puedo decir que es una consecuencia lógica de todo lo que hasta aquí se ha escrito y extenderme más sería repetir utopías o argumentos ya expuestos.
Pero quiero añadir que no es problema de medios, pues es evidente que existen hoy más y mejores que en los años cuarenta, entonces ¿Cómo te lo explicas? Pues a mí entender muy sencillo: nos hemos descapitalizado de imaginación y ganas de hacer.
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La segunda, tener un libro de Mil Y UNA REFLEXIONES, que aunque no sea alta FILOSOFÍA, sí es la filosofía de la vida, que nos está tocando vivir, en estos tiempos de enorme competencia.