Esta niña que había nacido en un medio rural y que la habían bautizado con el nombre de Roberta y mientras fue niña la llamaban ROBERTITA.
 
 ¿Por qué llegó esta niña a tener esta inclinación hacía los bomberos? Por como he dicho amiguitas y amiguitos había nacido en un lugar que eran muy frecuentes los incendios en verano, sobre todo, en el pueblecito donde habitaban sus abuelitos. Ya que estaba situado en la falda de una pendiente y era en este punto donde arrancaba un gran pinar.
 
Resulta que amiguitas y amiguitos, Robertita pasaba grandes temporadas en casa de sus abuelitos y tuvo que presenciar las imágenes más horrorosas y tristes de toda su corta vida. Aquello fue terrible pues el incendio lo arrasó absolutamente todo.
 
Ya no era la pérdida de todo lo que tenían sus abuelitos sino que esto no lo podían entender lo que había pasado que de la noche a la mañana se habían quedado sin nada de lo que habían logrado en todas sus vidas, que aunque era muy poquito era todo lo que tenían. Y a Robertita le impactó tanto la imagen de desesperación que le duró en toda su larga vida.
 
Ese terrible hecho que le afectó tanto a Robertita, fue la triste semilla para recapacitar aunque aún era muy niñita para que cuando fuera mayor su vida la dedicaría a corregir todos los fenómenos que se dan en los montes para que se produzcan los menos incendios posibles.
 
Robertita fue al colegio como todos los niños de su edad al cumplir los cinco años. El colegio estaba a una distancia de unos treinta kilómetros de donde vivía, que por cierto en su casa vivían sus abuelitos pues como comprenderán se quedaron sin casa en aquel terrible incendio.
 
Robertita aunque en principio fue a una escuela rural, pero ya desde muy pequeñita empezó a demostrar que era una niña muy especial en lo mejor de ese término. Su maestra, pues ella tuvo la suerte de tener maestra, decía que Robertita llegaría muy lejos allá donde ella quisiera llegar. Porque era lista e inteligente que decía la maestra que en toda su dedicación en la enseñanza no había tenido otra niña igual que Robertita.
 
Así hizo Robertita todo el ciclo de primarias levantándose todas las mañanas muy prontito ya que el transporte que la llevaba al colegio pasaba a recogerla a la misma hora todos los días, también tenía que recoger a otros niños para llevarlos al mismo colegio, todos estos pueblos estaban sobre la misma distancia del de cabeza de partido que era donde estaba el colegio, es decir, a unos treinta kilómetros.
 
Esa semilla de dolor y de angustia iba calando ya que su inteligencia superaba todos los retos que a sus propósitos se imponían.
 
Después de hacer su primer ciclo educativo, sus padres haciéndose eco de lo que decía la maestra que había sido de Robertita, pues decía maravillas y fundamentalmente que no se podía desperdiciar una mente tan clara y brillante pues sería la humanidad la que no se aprovecharía de ella.

Ante estas maravillosas circunstancias sus padres decidieron trasladarse a la ciudad de MADRID.
 
Los padres de Robertita traían una carta de la profesora de Robertita que le abrió todas las puertas de todos los colegios de la capital. Ellos escogieron para su hija un colegio público pero que gozaba de un prestigio tan grande pues en él habían estudiado grandes figuras de la literatura española, así como, de otras disciplinas del saber. Con lo cual Robertita encontró lo mejor que le podía pasar en esos pocos años que aún tenía.
 
Como esta niñita tenía el don de absorber todo lo que le enseñaban no solo era eso, sino que además lo razonaba y lo ampliaba.