El nombre de LAR me imagino que se refiere a que en las zonas rurales de CASTILLA era y es el lugar de la casa donde había más confort y en consecuencia más apetecía estar, ya que este espacio estaba presidido por la CHIMENEA y me imagino también que lo de DOMINGO se refiere al nombre de su propietario.

Este RESTAURANTE se encuentra en el PARDO, no en su población, pero si en su término a unos dos o quizás tres km de dicha población.
Su enclave yo diría que no puede ser más espectacular, y que enclavado en plena naturaleza, da una sensación de libertad que es muy difícil de sentir en otros restaurantes de la zona.

Como consecuencia decir: que la finca es MARAVILLOSA porque estás comiendo de lujo y tienes la percepción de que estás haciéndolo en plan picnic, añadiría por lo menos en mi caso la observación de la gente menuda que en cuanto han terminado de comer, marchan todos a divertirse con los juguetes, ya que, hay un pequeño parque donde las mamas y los papas no les pierden la vista ni un momento.

Sus instalaciones han sido renovadas y han tenido la feliz idea de darles confort y sentido práctico, que como he dicho antes, estás comiendo en pleno pinar, encima de un mantel blanco inmaculado. Eso créanme no es fácil que lo puedan ofrecer muchos RESTAURANTES.

Su cocina: aquí por lo que toca voy a ser todo lo generoso que pueda, pero sin dejar de ser objetivo, la CARTA no es que sea muy extensa pero lo que puedo decir es que todo su contenido es de una gran calidad, y por mi experiencia en cuanto a lo que comimos mi esposa y yo, puedo decir: que ambos tomamos los dos de primero, unos chipirones que no podían estar más ricos: estaban hecho creo que a la sartén y servidos en lecho de verdura como si fuera pisto, pero muy picadita la verdura y un poco al dente, y los chipirones se deshacían en boca y puedo decir que ese plato lo he tomado en varios RESTAURANTES y francamente en ninguno ha estado tan rico, como en LAR DE DOMINGO.

Después de segundo plato mi esposa seleccionó unos ñoquis con una salsa de trufa y otra cosa que si recuerdo, champiñones, y la verdad he de decir que no sería un plato que yo eligiera, pues me dio a probar y honradamente prefiero nuestra cocina española a la italiana, respetando todos los gustos.

Para mí el segundo fue toda una fiesta pues en la carta al final del apartado de las carnes, tenían CALLOS a la MADRILEÑA y es tal lo que me gustan, que no puedo pasar por alto cuando lo veo en la carta de todo RESTAURANTE. Así que pregunté al maître por ellos, y me dijo que estaban muy buenos y me decidí a tomarlos.

La verdad es que estaban exquisitos, pues tanto los callos como la salsa, estaban melosos y en su conjunto muy suaves. La tomé con una satisfacción que no tengo más remedio que darle las gracias al maître Lorenzo que me los recomendó.

El personal que aunque mi esposa y yo solo tuvimos trato directo con cuatro: el mencionado LORENZO, la camarera Srta. Blanca, la recaudadora Srta. SUSANA y la Srta. LAURA, todas estas personas aparte de ser buenos profesionales de la RESTAURACIÓN, demostraron una amabilidad muy seria y muy profesional con lo cual les seguimos dando mil gracias en este comentario.

NUESTRA ENHORABUENA AL PROPIETARIO DEL “LAR DE DOMINGO”.

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Ud. debería comprar este libro por dos razones:
La primera, para ayudar a unos niños que, por desgracia, padecen CANCER.
La segunda, tener un libro de Mil Y UNA REFLEXIONES, que aunque no sea alta FILOSOFÍA, sí es la filosofía de la vida, que nos está tocando vivir, en estos tiempos de enorme competencia.