El mayor de los lujos en economía es tener una industria en todos los sectores, una tecnología productiva de última generación, un sistema de distribución que pueda competir con cualquier país del mundo y lo que es importantísimo también, contar con buenos hombres y mujeres que estén preparadísimos para que todo el engranaje productivo funcione a pleno rendimiento.
Expuesto así, parece fácil pero no lo es, pero no es ninguna utopía porque todo lo expuesto existe, entonces ¿Por qué no se hace? Porque los intereses políticos y financieros están en otra cosa. Los políticos lo único que desean es repartir la miseria subvencionando la pobreza. Y los financieros no corriendo ningún riesgo.
O sea que los unos por los otros la casa sin barrer, o lo que es lo mismo los medios de producción y el capital humano en el limbo.
Detrás de esta ignorancia estamos los seres humanos que no queremos que nadie nos dé nada sino que lo que queremos es dar a los demás con nuestro trabajo, en este bendito país que la naturaleza lo ha dotado con infinitos privilegios que no voy a enumerar porque a la vista están.
Pero en lo que la naturaleza no ha intervenido ha sido en dotarnos de buenos dirigentes pondré sólo un ejemplo: España realizó la mayor de las proezas mundiales de todos los tiempos como fue el descubrimiento y la civilización de América. Y otros países se encargaron de todo tipo de pillajes y además nos colocaron la leyenda negra los mismos que hoy nos niegan el pan y la sal.
Es triste que se tengan todos los instrumentos para producir todo lo que necesitamos y además podemos exportar muy buena parte y que tengamos que pasar penurias por no tener los administradores adecuados. Pero también hay que recapacitar por nuestra parte y poder ofrecer confianza y garantías para que la inversión adecuada llegue a nuestro país y fluya en las venas de nuestra economía.
Hace muy poquito le oí decir a D. Juan Iranzo catedrático de economía aplicada que en estos momentos había unos quince billones de euros dispuestos a encontrar economías adecuadas para ser invertidos.
Por su característica España sería el más propicio para reunir esas condiciones.
Insisto el más triste de los lujos es tener y no poder comer.