En la época que nos está tocando vivir, al menos a mi generación que ha visto y ha vivido de casi todo, bueno, malo, y regular, aunque hubiese sido más de lo bueno que de lo malo, de haber tenido la suerte de mejores dirigentes.

El salto que ha dado el mundo en cuando a desarrollo ha sido de llegar al espacio exterior y aquí en la tierra llegar también de una forma trepidante a tener absolutamente los bienes, tanto necesarios como aquellos que no lo son tanto, como son los de hobby y placer.

Esto que no se puede detallar en un simple comentario, pues sería imposible enumerar todo ese grandioso desarrollo y que llegue a toda la humanidad -bueno haciendo la salvedad siguiente- hay continentes que todavía no disfrutan de ese “MANÁ” de desarrollo como por ejemplo África pero también les llegará y lo verán nuestras siguientes generaciones.

La pena es que nos haya caído encima una pandemia tan atroz y tan global -aunque que sea global es consecuencia de ese desarrollo que hemos bendecido-. Lo cierto es que está siendo un freno y esperemos que sea solo un freno y que nos permita superarlo y tomar la velocidad de crucero que tanto necesitamos.

Que este paréntesis nos sirva para recapacitar y reflexionar que, a lo mejor nos estábamos pasando de revoluciones. Y también que no todo han sido ventajas.

Ahora ya no eres tú sino lo que diga la máquina, en este caso lo que diga el ordenador. Esto no cabe duda de que puede ser una ventaja en tu vida, siempre y cuando la persona no quede totalmente anulada y prevalezca de forma fehaciente y definitiva lo que diga el ordenador.

A esa simpleza hemos llegado los humanos que dan más crédito a las máquinas que a las propias personas. Y esto no es nada con lo que nos espera con la realidad virtual, la inteligencia artificial y el ordenador cuántico, más la robótica.

Bueno esperemos que todos esos maravillosos inventos sirvan para que las generaciones venideras se beneficien y hagan felices a las personas que nos sucedan.

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