¿Qué harías si fueses político por un puñado de votos? Esta pregunta necesitaría una respuesta no de andar por casa ya que los votos a la política es igual que los goles en el fútbol. El símil no puede ser más ajustado.
Si hay votos triunfan los partidos políticos y si hay goles triunfan, jugadores entrenador y los directivos. Pero dentro de este símil existe una gran diferencia: los equipos de fútbol no juegan partidos con propaganda y engaño y si con esfuerzo y volcando toda su clase en el terreno de juego. Y el marketing y la propaganda se quedan fuera del estadio, y cuando entra el balón en la portería lo hace la habilidad personal del jugador con el apoyo de sus compañeros y también con el de sus hinchas, pero esta temporada ni siquiera tiene esa animación.
En cambio los votos se pueden “fabricar” en la cocina de los departamentos de Marketing de los partidos políticos y en los medios de comunicación afines por distintas razones algunas de ellas inconfesables.
Esa “guerra” sin cuartel por ese puñado de votos con esa ansia sólo le falta la música de Ennio Morricone y el malo con dos pistolas y un cuchillo entre los dientes.
Aunque he utilizado un símil entre la política y el fútbol nada más lejos uno del otro, en un partido, la lucha es por ganar metiendo más goles que el contrario pero una vez finalizado este todos los jugadores y entrenadores se dan la mano como auténticos deportistas.
Eso no pasa con la política por supuesto que no. En la política está presente el odio y la descalificación, por lo mucho que hay en juegos personales todo tapado para que parezca que se hace para proteger y mejorar la vida de la gente.
Pero por desgracia se impone la falsedad y antes que después todo queda al descubierto, y gentes malas tensarán tanto su maldad que probarán su propia medicina y los tontos útiles se quedarán con la brocha en la mano, recordando aquel puñado de votos que un día les hicieron feliz a costa de la mentira, el engaño y la degradación como seres humanos.
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