PAÍS DE PANDERETA

Alguien dijo que España era un país de pandereta y yo digo ahora que además es también de tamboril. ¿Por qué digo esto? porque una vez que se celebran elecciones y cada uno vota a quien le parece, se van felices a su casa, con la conciencia tranquila.

A ese acto de votar se llega por pura simpatía y como no por pura antipatía cuando no es por puro odio. Claro que es pedir mucho el que se vote con el sentido práctico por delante.

Nadie dice la verdad en ninguna campaña porque el político que está asesorado por los canes del MARKETING dice lo que esos asesores que están súper informados saben lo que quieren las muchedumbres. Y es eso lo que la gente quiere oír, aunque sean mentiras como PUÑOS.

O sea que ya se ha votado y te quedas tranquilo porque has cumplido con tu deber de ciudadano dándoles a los políticos el poder para que con tu voto hagan lo que les salga de su chistera, y lo que le venga en gana y aunque diga y hagan lo más atroz en contra de tus intereses, no pasa nada.

Lo importante es que no recorten diversiones es más si es posible que te den una paguita para que no te falte el botellón de los sábados aunque España esté si no en quiebra -gracias a las finanzas del Banco Central Europeo- con una deuda que no la podrán pagar ni tan siquiera nuestros nietos.
Un porcentaje muy elevado de esas personas que meten su papeleta en la urna desconoce esas circunstancias por lo tanto como he dicho antes se conforma con el acto “supremo” de votar.

Pero quien les permite a los políticos que hagan de su capa un sayo y en consecuencia tenga el desahogo y la poca VERGÜENZA de no verse una viga en cada uno de sus ojos y ver la paja en ojos ajenos.

Los votantes son los únicos que tienen el poder de no permitir ningún tipo de tropelía que haga de la democracia una panderetada acompañada del tamboril.

La democracia no es hacer lo que quiere cada político, no, la democracia debe partir de un ORDEN y unas leyes que beneficien a todas las personas que respeten esa ley y ese orden sin estas dos premisas huelgan todas las demás.

Evidentemente si un Gobierno permite que cada comunidad autónoma haga de su particular capa ese sayo, entonces quien dice aquello de que somos un país de pandereta, tenía más razón que un Santo.



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Última modificación1 agosto, 2022
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