Sigo con el día siguiente. Cuando llegamos, después de haber trabajado la plaza durante toda la mañana, de ello sólo un recuerdo, en el muestrario había un vestido de cuero muy fino de color negro y se lo probó una chica preciosa, que le quedaba a las mil maravillas. Es de esas imágenes que se te queda en tus recuerdos por su belleza.

Continúo con el almuerzo y la típica fabada. El hogar parecía de cuentos de hadas, pues había montado la mesa con la mantelería, la cubertería y la cristalería de la boda de aquella señora, también tengo la imagen en mis retinas.

Yo la verdad es que me limité a probar un poco de fabada y eso sí, tomarme el exquisito arroz con leche que nos puso de postre.

Solo decir que le dimos mil gracias a aquel matrimonio asturiano que nos dio de cenar y de almorzar con lo mejor que ellos tenían, y también decir que fue una experiencia muy enriquecedora para mi vida posterior.

Después me presentó el Sr. Fernández a otras personas para colaborar con ellos.

Un tal Paco, que tenía varias representaciones, pero aunque tenía buen presencia era un “pillo” vividor y no cuajó en el tiempo de colaboración.

El otro era el Sr. Gálvez, que también tenía representaciones sobre todo de pañería para sastrerías. Él tomó otra representada -pensando en mí- era unos juegos muy bonitos pues estaban bordadas, y el atractivo era que los bordados se hacían mecánicamente, de ahí que fueran a un precio competitivo y se vendieran tan bien.

En definitiva, ésta fue mi primera experiencia en el mundo del comercio, que duró apenas un año, luego tuve otra más interesante como podrán ir comprobando.

Estos últimos seis capítulos los he escrito ingresado en una clínica psiquiátrica. Durante dos semanas, la primera obligatoria y la segunda voluntaria. Lo que no voy a decir, es quien me ingresó la primera.

También me leí en ese mismo periodo un libro titulado El Jinete del Silencio, de Gonzalo Giner -Círculo de Lectores-. De seiscientas setenta y cinco páginas. Libro que recomiendo a todos los psiquiatras del mundo, sobre todo a los de Madrid y sobre todo también a tres de ellos, dos damas y un caballero, sus nombres y apellidos posiblemente algún día usted “amigo” lector tendrá la ocasión de conocer.