Al final no tuve más remedio que hacerme cargo del JARDIN DEL GOURMET, ¿en qué consistía esta firma? En dos tiendas, una en Majadahonda y otra en Aravaca, en esta última estaban los obradores de pastelería y las cocinas. Estas tiendas como las cocinas y los obradores se montaron con todo lujo de detalles, además estaban en lo más estratégico de ambos lugares.
Aquel negocio lo monto en su día el apoderado del agente de cambio y bolsa que facilitó la operación de compra del Banco Meridional, fue también el gran mullidor de dicha operación en consecuencia siguió muy ligado al Banco tanto fue así que se le dio un préstamo en condiciones muy ventajosas para montar aquellas maravillosas tiendas de Gourmet con Jardín incluido. Pero claro no dudo de que está persona supiese mucho de lo suyo de la naturaleza del negocio que emprendió, no tenía ni las más remota idea, empezando porque contrató como gerente una persona que aparte de no tener la formación adecuada era “retrasado” con mezcla de prepotente.
Con todas estas circunstancias, y muchas más que fueron saliendo, me hice cargo de el JARDIN aunque me resistí todo lo que pude para ello recurrí a mi hermano ya que la mediana industria que había creado se la debía a quien se la debía, bueno pero era ya historia y había que armarse de valor y coger el toro por los cuernos. La verdad que aún con todo lo que había que hacer allí le cogí cariño al negocio, era bonita su actividad.
Lo primero que hice fue controlar todo tipo de gastos, separando en la producción los necesarios de los superfluos, para ello era recurrente inspeccionar los cubos de basura, a continuación los del personal y el de los proveedores, todo ello dentro de los variables que son los más problemáticos de controlar ya que los fijos son lo que son. Este tipo de negocio tiene muchos resquicios por donde se puede ir algunos beneficios no deseados y que se consumen muchas materias primas y sobre todo las de los platos preparados y demás productos que se elaboran en la cocina tenían muy poca contribución al beneficio, distinto era lo que contribuía el obrador de pastelería y confitería. Había otra dependencia productora que era la singular cafetería, después estaban las tiendas, la de gourmet y la de pastelería-confitería aunque estas últimas su control era relativamente menos problemático ya que tenían que elaborar nada pero aún así había que crearle un sistema que reflejase lo recaudado con lo recibido de obrador y cocina.
