«MEMORIAS DE UN DESCONOCIDO» PRIMERA ENTREGA DEL CAPÍTULO 29

Cuando nos sacaron del sistema por no guardar la ortodoxia financiera, nos reunimos de nuevo los que habíamos empezado en la construcción del grupo GUIDE el cual lo desarrollamos a un gran nivel. Ahora había que empezar de nuevo y no era tan fácil por razones obvias.

Nos fuimos a Asturias concretamente a Oviedo donde vendía una compañía de seguros pequeña, de ámbito reducido a la región, denominada precisamente ASTURICA. Llegamos a un acuerdo con los vendedores y compramos el negocio por supuesto a crédito total y trasladamos la compañía incluido D. PELAYO que figuraba en su anagrama a Madrid aunque dejamos una oficina en Oviedo. Hecho el traslado a unas oficinas que alquilamos y que eran adecuadas a las necesidades que requería la actividad. Una vez instalados empezamos a captar asegurados, en esta labor teníamos algo de experiencia y contacto con agentes de seguros de distintas provincias de España. Aquello empezó a rodar y más o menos a los seis o siete meses nos dimos cuenta de que después de pagar la nómina de los empleados, aunque no eran muchos si los necesarios para desenvolver toda la actividad que requiera una compañía de seguros por muy pequeña que sea. En vista de lo cual pensé que podía colaborar con la persona que le había ayudado y que en esos momentos gozaba de una situación cómoda y sobre todo tenía unas expectativas fantásticas con la fabricación de luminarias en su propia fábrica. Fabrica que había logrado tener gracias a todas las instalaciones eléctricas que hizo en CONTUR.

En principio cuando le plantee mi propuesta que no era otra que organizar la empresa desde los distintos ángulos que requerían la naturaleza de aquel negocio, me dijo que de acuerdo, pero cuando se dio cuenta que entraba de lleno en el asunto ya no había acuerdo y tuve que desistir antes de que diera lugar a otro tipo de enfrentamiento. Antes de terminar con este asunto que me produce mucha tristeza pues tenía verdaderas necesidades aunque no fue una sorpresa para mí. Sólo decir que si él hubiera sido consciente de las luchas que tuve que tener con el tal Monteagudo y su camarilla posiblemente se hubiera comportado de diferente manera. Pero hay personas que ven la peseta pero no ven el duro, esto es lo que se decía antes. La pena es que si su actitud le hubiera servido para hacer una empresa como la que hizo mi hermano, el pequeño, que de estar trabajando para él, unió a otro compañero y desarrollaron una fábrica también de iluminarias con los medios necesarios para hacer unos equipos muy dignos, tanto fue así que llegaron a tener de cliente a una firma como PHILIPS y que ha perdurado en el tiempo.

Con esta mediana industria han podido vivir muy dignamente tanto él como su socio con sus respectivas familias. Hoy es uno de sus hijos quien se ha hecho cargo del negocio.

Esta es la gran paradoja de la vida cuanto más oportunidades tienes menos sabes aprovecharlas.

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