«MEMORIAS DE UN DESCONOCIDO» PRIMERA ENTREGA DEL CAPÍTULO 17

Después de haber cumplido todos los requisitos que exigía mi función en el puesto de trabajo para el cual había sido contratado me incorporé al mismo y así, poderlo ejecutar tal y como me habían entrenado.
INIBSA era un conglomerado de divisiones habiendo en Madrid un director que era quien coordinaba estos departamentos que a su vez estaban supervisados por un delegado, como era el de dietética infantil en el que se comercializaban productos como una leche maternal que as u vez eran de tres clases: una para el primer periodo después del nacimiento, otras para el segundo y una tercera, con miel. También había un surtido muy variado de papillas que se completaban con unas galletas maravillosas que servían para completar el desayuno y la merienda del bebe. Además fue el primer laboratorio que sacó al mercado los famosos potitos, o sea que como se puede observar, era todo un plan dietético completísimo el que se ofrecía hasta el infantado.
La empresa era catalana y allí residía la central donde se establecían las decisiones y se adoptaban las estrategias de tipo comercial que nos hacían llegar a la sucursal de Madrid. Teniendo en cuenta la importancia que tenía por su peso específico el mercado de la capital, ello hacia que a veces, se tomaran algunas decisiones que redundaron a favor del conjunto de toda la empresa.
Todo transcurrió según lo previsto durante los dos años que estuve trabajando en esta empresa, mi jefe inmediato me tenía aprecio, mi tarea que como he dicho era la de visitar las farmacias de la zona sur de Madrid y por las tardes dos días a la semana visitar a médicos pediatras, de la misma zona. Este que hacer la verdad es que era muy agradable y entretenido sin olvidar, que por supuesto era un trabajo y una obligación con objetivos incluidos.

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