Ese día fue encantador, ya que lo pasamos con mi amigo Enrique Tébar y su queridísima Mari-Tere que gran parte del año viven en Torremolinos.
Para ello fueron a recogernos a Pili y a mí al mismo Málaga.
La verdad es que fue un maravilloso día el que pasamos juntos los cuatro; nos acompañó hasta el tiempo pues hizo una temperatura deliciosa con la claridad que da la costa y hasta el MAR parecía de plata por su quietud.
Todo ello nos permitió realizar un gran recorrido por todo el Paseo marítimo, que nos permitió también, decirnos muchas cosas de nuestros recuerdos de más de cincuenta años de amistad, y a Pili y Mari-Tere conocerse más, pues ellas se conocen desde hace menos tiempo y así han descubierto los muchos valores que tienen ambas.
Después de ese relajante paseo tan cerca de la orilla del mar, que estaba con tanta calma que daban ganas de imitar a Jesucristo y andar sobre sus aguas.
Mi amigo Enrique ya tenía encargado en un chiringuito que es de su confianza, un arroz caldoso que lo degustamos junto al mar y que estaba realmente delicioso acompañado de una ensalada de tomate y atún, todo ello regado con un Verdejo de Rueda muy fresquito.
Después, fuimos a su casa, pero antes tomamos un helado en un establecimiento que hay en la propia finca donde tienen su casa ¡Y qué piso! El edificio es muy singular por su originalidad, ya que va formando pagodas, con lo cual no se parece a ningún otro edificio; esto en cuanto a la estética pero tiene otra gran ventaja, ésta de practicidad, como es que desde la casa de Enrique y Mari-Tere se vea el mar desde todas las habitaciones que la componen.
Después del helado, subimos a la casa en cuestión y tanto Pili como yo, quedamos impresionados de lo que vimos pues efectivamente el piso hace esquina pero mirando al mar, y como va haciendo pagodas toda la finca, y todas las plantas, en consecuencia, todas las habitaciones tienen más campo de luz y de esa forma se puede ver el mar desde todas ellas.
La vivienda está amueblada, pero no simplemente amueblada, no, lo está absolutamente todo con muebles diseñados para cada lugar y para cada necesidad y de una precisión milimétrica, en una madera de gran nobleza, ya que no se puede usar otro tipo de materiales para realizar una obra de arte.
Después de haber pasado un feliz día por muchas razones, pero sobre todo por rememorar la amistad, y el placer de sentir esa amistad, nos llevaron de vuelta a Málaga.
GRACIAS ENRIQUE, GRACIAS MARITERE
OS LAS DAMOS DE CORAZON
PILI Y NICOLÁS.
EL LIBRO LAS MIL Y UNA REFLEXIONES
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LA FUNDACIÓN ALADINA DE NIÑOS CON CANCER
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Ud. debería comprar este libro por dos razones:
La primera, para ayudar a unos niños que, por desgracia, padecen CANCER.
La segunda, tener un libro de Mil Y UNA REFLEXIONES, que aunque no sea alta FILOSOFÍA, sí es la filosofía de la vida, que nos está tocando vivir, en estos tiempos de enorme competencia.
