Me voy a ocupar de estos desagradables temas ya que son peligrosos también, porque los timadores y lo que engañan lo hacen fundamentalmente sobre las personas mayores y además que solamente tienen como recurso su pensión mensual.
No hay un día que el telediario de cualquier CANAL, no te sorprendan con un nuevo timo, pues la imaginación de estos delincuentes no tiene límites y corre más rápido que la pólvora.
Para todas estas personas mayores, si tienen la desgracia de caer en manos de estos desalmados, es un drama material, ya que se ven sin recursos para vivir en el mes, pero es que además del disgusto que tienen que sufrir, su salud se ve afectada de manera irreversible en algunos casos, más de los que se piensan. Es preferible cortar manos antes que cortar vidas a personas mayores.
En cuanto a los timos por INTERNET, ahí no entro pues supera mis posibilidades que son limitadísimas, por lo tanto no tengo nada que decir que pueda ayudar a personas que están sufriendo ese calvario como es el que le puedan “limpiar” lo poco o lo mucho que tengan en su cuenta corriente.
Aunque insisto los castigos han de ser superiores al daño causado.
Ahora entraré en otro tipo de timo, aunque este no es un timo sino un puro engaño, Me voy a referir a las grandes empresas tanto de TELEFONÍA, de LUZ eléctrica, de GAS y otras, que usan nuestro teléfono para colarse en nuestras casas.
Todas ellas recurren con sus ofertas a mentir, si es necesario, haciéndose pasar unas por otras para conseguir un contrato de adhesión y después de haberlo conseguido por ese procedimiento, dicen la compañía con la que has contratado, lo que significa que esta persona que ha sufrido un engaño tiene que modificar todas sus instalaciones y además la obligación de estar “atada” a la nueva compañía por un mínimo de 365 días o lo que es lo mismo 12 meses, o lo que es lo mismo también, todo un año.
Piensen ustedes señores responsables, de todas estas compañías telefónicas, que una persona muy mayor no puede ni debe sufrir un sofoco de esta naturaleza, ya que su edad no se lo permite, con lo cual su salud se ve mermada, cosa que ni es justa ni tampoco es permitida, por un simple contrato de adhesión a ninguna compañía telefónica.