LA PARADOJA DE LA BANCA ANTES Y DESPUES DE LA DIGITALIZACIÓN (1ª PARTE)

Gran paradoja es lo que ocurrió en la banca todas las décadas de los ochenta y noventa del pasado siglo XX y lo que ocurre ahora en pleno siglo XXI.

Antes ibas a una sucursal de cualquier banco y encontrabas una actividad diría que hasta frenética, tanto de empleados como de público. Pongo un ejemplo: en Cuatro Caminos -un barrio muy popular de Madrid- había una sucursal del desaparecido Banesto en unos locales tan grandes que hoy hay un gran supermercado de la firma ALDI.

Imagínense que clase de local, bueno pues dicho local estaba lleno completamente de mesas y en cada una de ellas había su correspondiente empleado. Eso sí, las mesas todas estaban hasta arriba de papeles y por supuesto había también ventanillas en plural, ya que no había una sola sino que había varias con sus correspondientes cajeros.

Este servicio estaba disponible al público durante toda la jornada de apertura para poder realizar todo tipo de operaciones bancarias.

Otro aspecto muy a tener en cuenta es que todos los bancos te ofrecían una cantidad de información tan completa -quién no recuerda esos famosos extractos de su cuenta corriente-.

Es de justicia reconocer que el personal ofrecía un trato muy agradable con sus clientes y éstos a su vez correspondían con sus confianza hacía ellos. O sea que el buen ambiente estaba asegurado.

Hago esta última mención del pasado y me centro en el presente, la he dejado para lo último por ser la más interesante, cuantitativamente hablando, como era que daban todo el servicio sin ningún tipo de límite y no cobraban NADA.

Y otro asunto dentro de este mismo aspecto cuantitativo era que te primaban los depósitos y ahora no te priman NADA.

Y como dicen en el circo más difícil todavía, la BANCA tenía buenos beneficios y sus acciones se revalorizaban -por cierto algo deseo decir sobre este asunto pero al final del comentario-.

¿Dónde están todas esas maravillosas sucursales bancarias? Han desaparecido muchísimas y las que han quedado son originales, que como saben eran grandes locales muy bien ubicados. Hoy si entras en uno de ellos parecen un hospital robado y no digamos si deseas hacer una consulta a un empleado eso es harto difícil y no digamos si vas después de las once de la mañana.

Entre otras cosas, en lo crematístico resulta que, antes llevabas tu dinero al banco y tenías dos alicientes, uno que te lo guardaban y otro que te lo primaban con intereses a tu favor.

Como ejemplo diré que el Banco Santander en la primera parte de los ochenta del siglo pasado lanzó al mercado financiero una cuenta corriente titulada SUPERCUENTA que tenía una prima del 20%. Ya sé que esto parecerá poco creíble en los tiempos que corren en la actualidad, que llevas un euro al banco y se lo quedan entre el DEBE y el HABER.

En realidad, el Banco Santander lanzó ese producto porque tenía potencia para hacerlo y como se suele decir “mató” en este caso varios pájaros de un solo tiro. Anulo a sus competencias “leales” y se quitó de encima toda la banca `pequeña que daba extratipos por debajo de la mesa.

A partir de esa estrategia, fue como el inicio de demostrar su poderío, que al día de hoy ya bien entrado el siglo XXI de los siete grandes, el Banco Santander posee cinco.

Antes de entrar en la era digital bancaria solo una cosita más: ahora, el dinero te lo guardan y si es poco te lo garantizan pero si es mucho, el fondo de garantías de depósitos hace de “Poncio”.
Después de todo lo expuesto resulta que la banca en esta era digital cuenta, a ojo de buen cubero, con un 50% menos de personal. Son datos completamente aleatorios.


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