Estos tres tipos de economía son, digamos, los más usuales en la jerga de los economistas para referirse a las situaciones, en momentos dados.
Me voy a referir también a un momento dado, pero éste lo viví con mi esposa, mientras ella compraba en la frutería de cabecera donde solemos comprar, y como quiera que ella es la que ejecutaba la compra yo mientras me entretenía viendo toda la fruta expuesta.
Entre el surtido vi, una en particular, que eran unos higos blancos con un aspecto fantástico -Si hubieran hablado, hubiesen dicho: ¡COMERME! Bueno, pues los dichos higos costaban 13 eurazos el kilo, que hasta primeros de siglo eran 2.160 pesetas y con esta cantidad se podría comprar toda la fruta de la semana para las dos personas que somos.
Si seguimos y nos vamos al siglo XIX, con esa cantidad, que serían en realidad en reales, 8.640 reales, con esta cantidad posiblemente si hubiese podido comprar toda la finca donde se producían los exquisitos higos.
Pero la paradoja está en el siglo XIX, que las personas podían comer higos, pero en el siglo XXI no pueden hacerlo, ya que el poder adquisitivo no ha ido acompasado a los precios de producción y de distribución.
Siguiendo la paradoja, cómo es posible que con el desarrollo que hemos tenido en la mitad del siglo XX y todo lo que va del siglo XXI resulte que en el siglo XIX se podían degustar los exquisitos higos y ahora en pleno siglo XXI estén solos puestos para las gentes pudientes.
De qué ha servido todo el desarrollo que hemos tenido, en ese largo periodo de tiempo, si ahora la economía no te permite comer las proteínas que son necesarias para que los seres humanos se desarrollen con normalidad.
Seguimos con las paradojas, España que es un país privilegiado, ya lo dijo el gran historiador D. MODESTO LAFUENTE, pues él decía que El País en que podría vivir toda la vida pues tenía todo lo necesario para ello, era España.
Entonces, cómo es posible que el resto de Europa tenga más nivel de riqueza en todas las órdenes, y están más adelantados en todos los sentidos, tanto en su industria como en su innovación que nosotros, y tengan que ser estos países los que nos financian nuestro mal hacer.
El ciudadano de a pie bastante hace con pagar la barbaridad de impuestos que este gobierno les hace pagar, ya que su voracidad recaudatoria para hacer frente a la administración más cara del mundo, con lo cual, no hay fondo nada más que para hacer frente a los millones de funcionarios y los que viven de la política y de sus asesores.
A ningún político ni a ningún miembro de gobierno incluido su Presidente le he oído nunca pronunciar la palabra PRODUCCIÓN que es la clave de toda economía. Pero para ello hace falta una industria que esté por encima del 25% del PIB y de esa manera no tendríamos tanta dependencia del turismo.
Pero resulta que tenemos una Ministra de trabajo, que lo que pretende es que no se trabaje, pues ella debe tener la lámpara maravillosa de ALADINO para hacer todo lo que hay que hacer, y para que todo el mundo tenga resuelta todas sus necesidades, y de ese modo nadie tenga que trabajar.
La estupidez de esta SEÑORA MINISTRA, RAYA en un infantilismo peligroso, ya que ocupa nada más y nada menos que un Ministerio de Trabajo.
Evidentemente los pueblos que más trabajan son los que están siempre a la cabeza y en consecuencia son los que viven mejor, porque su producción permite que siempre tengan superávit, con lo que además pueden tener los medios de producción más avanzados y modernos, pero aún así saben que lo más importante es su trabajo, porque las cosas no caen del CIELO.
España no es la paradoja, sino que es la gran paradoja, con los recursos y bondades que tiene y estamos siempre en el furgón de cola. Hubo un precendente en este país, en el que la economía crecía al 10% y con ello se llegó a crear una clase media que duró, lo que duró.
En esa época, no solamente había pleno empleo, sino que además había la posibilidad de tener un pluriempleo, con lo cual, la gente tenía buenos ingresos y así podría comprar bienes duraderos como por ejemplo una casa o un coche, y en definitiva hacían su patrimonio, el cual les daba la seguridad para su futuro.
Es responsabilidad de los dirigentes políticos y de las élites intelectuales, que no se apliquen políticas que estén por encima de toda ideología y apliquen el sentido práctico, que no es otro que, el que mejor resultado de a toda la SOCIEDAD.
Para terminar decir que: en materia de producción y trabajo, tenemos a una señora que es cerradamente comunista, y que está en contra de cualquier sistema que haga que la producción mejore, y aquí se da otra paradoja, ya que esta Ministra lo que hace es ponerle más LASTRE a la deficiencia de producción, culpa de las políticas sociales comunistas que priman en España.