El hombre más rico del mundo, burla al más pobre, también del mundo, su poco o mucho dinero.

Si como dijo: D. Francisco de Quevedo Saavedra, poderoso caballero es D. dinero, en este caso tenía razón, es bien cierto que esta persona es según THE ECONOMIST su fortuna dobla a la de Bill Gates, es decir que de momento no se puede ser más rico.

Pero aún teniendo tanto dinero que se ha podido comprar un reloj de cuco que le ha costado 42 millones de dólares, lo que no ha podido comprar, es lo que según Quevedo después de poderoso: caballero, pues esta persona que es JEFF, BEZOS propietario de AMAZON, de momento sólo se que se queda en poderoso.

Hemos de estar de acuerdo que cuando se es propietario y se dirige y se gestiona una astronómica y súper macro estructura como es hoy AMAZON; por muchos controles que puedan existir y la pirámide de mandos esté perfectamente ensamblada, siempre habrá algún hueco a la interpretación errónea de la jerarquía. Pienso así, porque en esas pirámides todos los que la componen son personas humanas.

Es decir que como consecuencia, las decisiones vienen de arriba abajo y nunca de abajo a arriba, lo que si debe ir de abajo a arriba es la información de todo lo que sucede en la base de toda pirámide.

Ahora hablaré concretamente de mi caso personal: por si suena la flauta y llegase a lo más alto de la pirámide.

Resulta que hace unos ocho años AMAZON me editó un libro titulado: “Dos cuentos, un sueño, otras epístolas, algunas reflexiones, dos utopías y otros poemas”, no sé si se han vendido muchos o pocos, lo que sí sé es que no he visto ni un solo Euro de derechos de autor -o es que se ha recuperado el derecho de “pernada” donde todo era para el Sr. CONDE-.
No pararé hasta recuperar lo que es mío para ello solo cuento con este bolígrafo y tiene tinta para rato.

Me atrevo a afirmar que el Sr. BEZON no es consciente de un caso tan nimio para él, como el que expongo, pero eso no le exime de responsabilidad -ya el aleteo de una mariposa se puede percibir entre continentes-, a que se haga una injusticia con mi persona que he confiado en ustedes para editar mi libro.

Pero insistiré, hasta que este nimio caso para ustedes, pero no para mí, llegue hasta su reconocimiento y se haga justicia.

Para ello haré uso de la última reflexión de mi libro titulado:
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Me despido deseándole lo mejor por todo el bien que el Sr. BEZON pueda aportar a la humanidad.