Esta circunstancia se da en el ámbito político y también en otros ámbitos, que también comentaremos.

En principio me centraré en el político por ser el que más llama la atención, pero comprendo que estas personas que están dentro de la cúpula y dentro también de la órbita y sobre todo dentro del aparato de cualquier partido político, son además padres de familia, con lo que eso conlleva de responsabilidad ante los suyos. Y otras personas que aunque no tengan familia, no quiero decir que no tengan responsabilidades y en consecuencia actúan como “estómagos agradecidos”.

Lo que no comprendo del todo es que estas circunstancias se den también por pura ideología, eso es más triste. Y más triste aún que esa ideología nuble la objetividad y el sentido práctico. Pero claro tampoco tiene toda la culpa, la falta de pedagogía, que hace que el votante como persona, pueda votar a una cara o a un discurso sin más, y ese voto te cuesta cuatro años de tu vida sin otra opción que el aguantoformo. En ese caso más que estómagos agradecidos son estómagos vacíos.

Otro ejemplo a tener en cuenta son los ejecutivos de grandes empresas, éstos: no solo defienden la estabilidad de sus familias, si es que la tienen. Defienden también los bonos, las primas en forma de acciones y sobre todo los millonarios planes de pensiones.

Por lo tanto no se puede solo decir que son estómagos agradecidos, sino que además están llenos de exquisiteces.

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