¿El trabajo produce dinero? O ¿El dinero produce trabajo?

Este escrito lo publiqué en febrero de 2013, deseo hacerlo de nuevo ya que estamos ante una nueva crisis que va a dejar mas huellas, y me temo que peores, que las de 2008.
Los distintos útiles de intercambio de la humanidad han sido los siguientes:
Trueque: Fue el primero -sin remontarme a la prehistoria-. En el trueque se intercambiaban cosas, objetos, mercancías, etc. por otras cosas similares: objetos, mercancías,…
Sal: Después cambiaron sal, de ahí proviene el vocablo “salario”.
Moneda: Más adelante creo que fue la llamada moneda rústica, fabricada en distintos metales no muy nobles. Continuó la moneda cada vez más perfeccionada y con aleación noble.
Pagarés, letras de cambio y papel moneda: los pagarés y las letras de cambio fueron perfilándose hasta casi nuestros días. Y por fin pasamos al papel moneda. Sobre estos últimos instrumentos hay que decir que en teoría estaban “respaldados” por un contravalor como era el material más apreciado en estos momentos: el oro.
De esta forma hemos vivido siglos hasta que llegó un momento que no era viable el sistema. ¿Qué pasó? Que se reunieron los países más poderosos de nuestro globo terráqueo y tomaron la decisión de crear la DIVISA. Y aquí estamos, lo que no sé es por cuánto tiempo. Con este sistema, que no tiene ningún contravalo material se ha llegado a la CRISIS que padece la humanidad en todo el mundo, incluso en los países súper-desarrollados.
¿Cuál es la solución? Lo que es evidente es que el actual sistema, por mucho que los expertos se reúnan y apliquen doctrinas, no funciona, no sirve. Así como se ha ido cambiando a lo largo de la historia los modelos útiles, sin remisión hay que crear algo nuevo para que la humanidad pueda seguir su evolución.
Entonces, como he insinuado, se recurre al famoso grupo de “Expertos”, que es quién lo arregla todo. Perdonen por la broma.
Yo me hago ciertas preguntas, me lo van a permitir. La primera es que como es posible que con los medios de producción que hoy existen haya carencias, no ya en los países pobres, sino que dichas carencias existen también en los países ricos. Esto ya es la primera contradicción. Se me podría explicar que los recursos materiales no son infinitos, eso es bien cierto. Pero tengo un reparo. Por ejemplo, las nuevas materias primas, que todos los días se descubren y que se utilizan precisamente para una mayor y mejor producción. No voy a entrar en la distribución de esos bienes. Lo que sí puedo decir es que es un auténtico desastre su reparto.
Y de la tecnología ¿Qué se puede decir? Pues que es apabullante. Para una persona como yo, que ha cumplido ya setenta años y que ha visto hileras de burros con sus correspondientes serones cargados de arena o sal, por citar un ejemplo.
¿No es ésta otra contradicción? Qué duda cabe que en esos tiempos no se vivía mejor pero puedo asegurar que no existían las llamadas CRISIS, sobre todo como la que se está padeciendo en nuestro país y casi en el resto del mundo. ¿Podríamos denominarla como la crisis de la abundancia? Pues no, porque cada vez hay más hambre en todo el mundo, incluidos -como ya he comentado anteriormente- en los países ricos.
Vuelvo al sistema de divisas, caducado ya, pues permite que ganes dinero con el propio dinero.
Así es como está montado todo este “tinglado” y no puedo enumerar los intereses que giran a su alrededor.
Lo que sí puedo afirmar es que mientras no cambie el dicho “tinglado” no salimos de una crisis para meternos en otra y siempre serán peores que la anterior y así formar un infernal círculo vicioso.
O sea que estamos eternamente condenados -de ahí lo de infernal-. Yo -por mojarme un poco- expongo una utopía que es la siguiente: que usemos el sentido práctico, no permitiendo que se obtengan ganancias por el mero hecho de ser rico, si no que esas ganancias se obtengan produciendo.
Admiro a los buenos empresarios pero maldigo a los especuladores, estos son sanguijuelas y ya sabemos cómo se alimentan dichos animales.
También quiero decir algo sobre los trabajadores o dicho de otro modo, los asalariados. Estos han de ser conscientes que no se debe cobrar a fin de mes sin haberse ganado realmente su salario. Quiero decir que están obligados con la empresa que les paga ese salario. La contraprestación correspondiente al mencionado salario y si comprende que no es remunerado de acuerdo al trabajo que realiza que lo haga saber y razone ese acuerdo con su patrón. De una forma individual o colectiva pero nunca haciendo dejación de su trabajo pues ésto es como escupir hacia arriba.
Me voy a permitir exponer mi primera reivindicación: cuando tenía unos siete añitos era monaguillo y me “contrataron” por un real de entonces que sumaban al mes siete pesetas con cincuenta céntimos, más el desayuno. Cuando fui a desayunar el primer día y vi en que consistía dicho desayuno, se me cayeron los palos del sombrajo.
Estuve yendo a desayunar muy pocos días pero seguí haciendo mis obligaciones sin faltar ninguno. Cuando la comunidad de monjas que regían la iglesia y el hospital se dieron cuenta que yo me iba de la cocina sin tomarme aquella bazofia de café y el mendrugo de pan duro que me calentaban en el horno, comentaron a la monja encargada del culto que me preguntara por qué no desayunaba… lo hizo y le contesté que en mi casa desayunaba mejor -cosa que no era verdad-. A partir de ese día de lo que servían a la comunidad me apartaban en una bandeja mi desayuno que a partir de entonces consistió, diariamente, en café en una jarrita y leche en otra, un azucarero y tostadas con mantequilla y mermelada y los domingos un huevo frito con su correspondiente choricito y en vez de en la cocina, lo tomaba en la ropería, o sea que yo no escupí hacia arriba.
El estado de bienestar, llamado así como si fuera el maná; dicho estado ha de estar financiado con los impuestos, justo es que el Estado deba recaudar pero nunca hacer creer que es gratis.
Bueno, me he desviado un poco del principio, aunque todo está relacionado. La política monetaria está caduca, ya no sirve, como ya he expuesto. Tenemos que darle la vuelta como a un calcetín, procurando encajarlo en estos nuevos tiempos de abundancia, desarrollo y tecnología casi infinita, para que redunde en forma de bienestar en todos los seres humanos. Pero concienciándonos que todos tenemos que luchar por conseguirlo y contribuir al bien común.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

oktoberfest-biergarten


Canela Bistro