Hoy les voy a escribir sobre la “apestosa” e infumable Ley de Educación de la señora Celaá y de todo el Gobierno en comandita con D. “Lindo” a la cabeza.

¿Cómo es posible que la ideología pueda llegar hasta el máximo? ¿Cómo puede ser el autoflagelo y el flagelo a los demás? Porque sí sólo fuese el suyo se podría hasta sentir, pero como se suele decir -sarna con gusto no pica-.

Aunque reconozca que no soy una persona docta intelectualmente hablando, reconozco también que cuando en plena adolescencia trabajaba 12 horas + 3 horas de guardia y así poderme comer dos huevos fritos con patatas, en total, si Pitágoras no miente eran 15 horas al día. En estos momentos peino muchas canas ya que estoy en los albores de los ochenta años y me atrevo a decir que no he perdido el tiempo, ya que he desarrollado un sentido práctico que lo uso en todos los actos de mi vida por muy nimio que estos sean.

Entonces no llego a comprender que una cosa que funciona a las mil maravillas como es la educación concertada que además es un invento práctico que creó el propio Felipe González siendo presidente del partido socialista además de Presidente del Gobierno español. En esos momentos el Sr. González tomó una decisión muy sabia ayudando a la educación pública y a la concertada, que le daba ciertas ventajas, pero la mayoría de esas ventajas, recaían en la pública.

Pero lo más importante que puede hacer un político cuando está en el poder es gobernar para todos los ciudadanos, no sólo para los de su parroquia que están acostumbrados a “comulgar” con ruedas de molinos.

Habrá personas que tengan los conocimientos económicos adecuados y puedan demostrar con datos, que el sistema actual es más económico que el que se quiere implantar -afortunadamente aún no lo está-. Después visto desde otras vertientes, con esta Ley lo que está asegurado, es el retroceso educativo anulando el mérito, cuando la competencia es atroz y en el futuro será inmisericorde dar ningún paso hacia adelante y todos hacia atrás.

Si me demuestran que alguien gana con esta ley estaría dispuesto a marchar a Santiago, pero de rodillas.
Con este último ejemplo doy por concluido este comentario: el ejemplo es el siguiente mi persona puede estar equivocada pero los cientos de miles que salieron a la calle y que seguirán saliendo, no lo están porque sus hijos son más fuertes que el capricho de una sola señora.
SI ESTÁS DE ACUERDO CON LO QUE ESCRIBO, COMPÁRTELO.