Sra. Alegría, Ministra de Educación, vaya alegría que le va a dar usted a la chavalería de primaría (y sobre todo a sus padres), que lo que hará con ellos, cuando lleguen al ciclo siguiente, estarán lelos del todo.
Resulta que todas las materias que componen el currículo para ese periodo escolar, lo introduce Sra. Ministra en un molinillo o en una batidora y lo tritura hasta que no quede ni una consonante, ni una vocal, ni un número decimal, y ni tan siquiera romano -con lo bien que quedan en cualquier escrito el uso de ellos-.
Parece ser que lo que ustedes pretenden con las modificaciones y las introducciones de la Sra. Celáa y las suyas propias, más las anulaciones son como dijo: Alfonso Guerra, que España no la iba a conocer ni la madre que la parió -pero para mal- esto lo digo yo.
Pues es eso lo que hacen ustedes, tanto la Sra. Celáa como usted Sra. Alegría. Entre ambas se podría llegar con su alegría al cubo, si las matemáticas lo permitieran.
Lo que ustedes van a lograr es que los listos se vuelvan lelos y los lelos seguirán siendo todavía más lelos, les importará más bien poco, tomarán los cuatrocientos euros y tendrán para varios botellones y que siga viviendo la Pepa.
En donde hemos caído es en una trampa de sectarios de plastilina, dirigidos por el mayor embustero de nuestra historia reciente.
A continuación listaré aquellas prohibiciones que ustedes dos Ministras tirarán a la papelera o las meterán en la trituradora y desaparecerán para siempre de nuestras vidas para que no existan la Filosofía ni tampoco los filósofos.
Les pregunto señoras Ministras que hago con mi Historia de la Filosofía de Julián María padre, ¿La quemo? Y así, termino de una tacada.
También que hago con los filósofos, empezando con los presocráticos y llegando a nuestro Ortega y Gasset.
Y con la Historia hacemos lo mismo: la anulamos y es exactamente lo que ustedes Sras. Ministras desean. No se dan cuenta que eso es imposible y que poco o mucho todos tenemos nuestra historia que contar, y a más a más los historiadores y los paleólogos llegan cada vez más al origen de la vida para no sentirnos desnudos y desorientados supongo.
Señoras Ministras imagino que ustedes dos tendrán o han tenido padres y también tendrán una familia, con sus correspondientes hijos, pero por el procedimiento de anular la historia no podrán hacerse ni siquiera una fotografía, ya que esa foto formará parte de su propia historia.
Si me lo permiten les pondría a las dos una tarea que les vendría como anillo al dedo: a una que le pusiera puertas al CAMPO y a la otra que asara la MANTECA.
EL LIBRO LAS MIL Y UNA REFLEXIONES
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Ud. debería comprar este libro por dos razones:
La primera, para ayudar a unos niños que, por desgracia, padecen CANCER.
La segunda, tener un libro de Mil Y UNA REFLEXIONES, que aunque no sea alta FILOSOFÍA, sí es la filosofía de la vida, que nos está tocando vivir, en estos tiempos de enorme competencia.