D. JUAN CARLOS I

En esta vida como en todas las vidas lo realmente importante es llegar el primero o lo que es lo mismo adelantarte en todo y sobre todo en política, porque cuando tu oponente reacciona le puedes sacar muchos cuerpos de ventaja – usando un símil deportivo – eso es vital para los propósitos de los que han llegado con esa gran ventaja.

Antes que después los que hoy están interesados por sustituir nuestro sistema democrático como es: la monarquía parlamentaria que mana de nuestra constitución, que fue votada y aprobada por una mayoría muy cualificada en 1978. Por supuesto que estos políticos son “inconscientes”, ya que la mayoría de ellos ni siquiera vivieron los momentos en los que muchísimos hombres honrados que se sacrificaron para que durante más de cuarenta años éste fuera un país de un gran desarrollo consolidando sus clases medias al máximo nivel europeo. Todo ello con la máxima ilusión que pusieron todos actuando como auténticos Políticos con mayúsculas para hacer la gran obra de la Transición que nos permitió pasar de la dictadura a una democracia. Dicha obra fue admirada por todo el elenco de países del mundo.

Su artífice principal fue por supuesto D. Juan Carlos I que fue el que pilotó esa nave que nos llevó a donde estamos afortunadamente ¿Cómo es posible que haya gente que no reconozca esta realidad? Pues las hay aunque cueste creerlo y son aquellas que por masa gris en su cerebro tienen “mala leche” que no llega a yogur con lo cual el daño está asegurado. ¿Qué ganan estas personas haciendo ese daño? En principio llenan sus egos. Pero gran paradoja, si lo consiguen se encuentran con que no tienen con que llenarlo porque lo han destruido absolutamente todo y no han dejado ni rastro de nuestro alcanzado bienestar no dejando ni tan siquiera rastrojos, dejándolo todo totalmente baldío.

Esto que escribo no lo hago para que las personas que están dispuestas a obrar tan malignamente rectifiquen, no, lo escribo para que las personas de bien se aten bien los machos y sepan que es lo que está en juego y se den cuenta que el edificio de bienestar está en grave peligro, aunque la técnica para derribarlo sea el de quitar ladrillo a ladrillo pero cuando te das cuenta te has quedado sin el edificio de la democracia, sin el estado de derecho que te protege. Eso, si no ha habido estruendo en la demolición, ya que no ha habido dinamita de por medio como se hace en las demoliciones controladas. No, aquí todo es más sutil, pero cuando te das cuenta te han dejado como al “Gallo de morón” – y si por si alguien que lea este escrito no sabe cómo se quedó el gallo – diré que se quedó sin plumas y cacareando.

Dicen en términos futbolísticos que la mejor defensa es un buen ataque. Este símil ni siquiera hay que pensar en él -sin tener que descartarlo- lo que si hay que pensar es en defender lo que es nuestro y lo que ha costado obtenerlo y aquí incluyo al individuo con sus correspondientes familias.

Pero hoy aún existen mecanismos de defensa que están prácticamente intactos afortunadamente.

Lo que está intacto también es la “estupidez” de muchas gentes que no hacen uso de esos mecanismos y vamos por la vida dirigidos como ovejas por los canes del marketing político para llevarnos a su redil.

Ahora, deseo hacer algunas observaciones sobre nuestro Rey D. Juan Carlos I estos días de primero de Agosto, aunque se publicará a primeros de septiembre en mi página web.
1º Del rey emérito D. Juan Carlos I no voy a enumerar las cosas fantásticas que ha hecho por España. Todo Español o Española mayor de edad han de saberlas, si no es así, es que no son conscientes y es peor para ellos, porque están obligados a saberlas porque somos todos beneficiarios de estos más de cuarenta años.

Si no ha quedado claro diré también que los baches o momentos difíciles han sido propiciados por la clase política y me atrevería a decir que también la empresarial no dio la talla que correspondía tener para al menos salvaguardar esa talla a la cual aludo.
Estando de acuerdo en que D. Juan Carlos en su última etapa ha tenido un comportamiento poco ejemplar. Nadie podrá decir que se haya lucrado de lo ajeno y si lo hubiese cometido sería en la condición de Rey. Pero es que no se ha producido tal situación, por tanto no ha engañado a nadie, ni a nadie ha perjudicado.

Qué ley dice que no se puedan recibir regalos. Pero más a más nuestro Rey tuvo la dignidad de pedir perdón públicamente por su comportamiento que Él fue el primero que lo consideró fuera de lugar.

¿En cambio se puede decir lo mismo de nuestra clase dirigente? No, no se puede decir lo mismo, el que más y el que menos si ha manejado presupuesto o tomado decisiones donde se manejaran cantidades importantes de tesorería, allí estaba el político de turno, para meter la mano en la caja y no voy a enumerar los casos dados, ni tampoco voy a hacer mención de nombres y apellidos, ni del color político de estas indignas e indeseables personas que aunque ellas no se hayan portado como tal, España y sus ciudadanos lo han tenido que sufrir y que pagar. ¿Se puede comparar una situación con otra?

No, no se puede comparar, en una no hay engaño por lo tanto no se puede hablar de delito en cambio en la otra si hay engaño y quedándote con lo que no es tuyo y eso es robar, por lo tanto según la ley es un delito.

No sé si algo no ha quedado claro, pero si no ha quedado, me pongo a su disposición para poderlo hacer, pero por supuesto fuera de ideologías, sólo usando el sentido PRÁCTICO.
Para hablar de nuestro Rey actual D. Felipe VI lo haré en otro comentario pues no merece menos el gran personaje, que ojalá fuera él quien pilotase nuestra España y no los cantamañanas que lo hacen hoy.

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