Señora Dña. Nadia Calviño ¿Qué parte no entiende de la palabra PROSPERIDAD? Le hago esta pregunta para ver si la puedo ayudar. Fíjese que contradicción, una persona como el que suscribe neófito en economía, ofreciendo ayuda a una Ministra precisamente en esa materia.
Sra. Ministra le hago esa pregunta, porque ayer en el Parlamento se mostro usted, como una “vulgar” política defendiendo sus presupuestos, sobre todo, cuando le hicieron la pregunta sobre la prosperidad y pienso que usted, sí sabe lo que es la prosperidad, pues ¡Ya lo creo! Ya que usted sí ha prosperado, ya que, es nada más y nada menos que Ministra de ECONOMÍA.
Así es que, con que usted Sra. Calviño se hubiera puesto en pie y diciéndole al Sr. Espinosa de los Monteros, aquí tiene usted una que soy yo, que he prosperado y no sabe cuánto. De esa manera se hubiera ahorrado, el hacer el ridículo comportándose como esa política “vulgar”.
La política es la más absurda de todas las actividades que pueda ejercer el ser humano, ya que se comportan sin ninguna racionalidad, pues el político hace y actúa sin razón y sin convencimiento.
Ello me recuerda, aquel gitano que decía a la mula, que pretendía vender “Y que tenga yo que decir que eres buena”, pues este símil le va como anillo al dedo a la clase política.
La pena Sra. Ministra es que la única institución independiente, como el BANCO DE ESPAÑA, donde ni mojan ni pueden meter la cuchara, les rebajó el pronóstico de crecimiento del 2,1 con el que elaboraron los presupuestos al 1,4 con lo cual, Sra. Ministra más que nada le desinfló el globo de su apoteosis, sobre todo la que le dieron en la 6ª televisión, y como no su fiel amigo Sr. Ferrera.
Sra. Calviño sus equivocaciones le afectarán solo a usted, podríamos hasta sentirlo pero no, sus equivocaciones nos afectan a todos, de ahí que debe afinan más su puntería.
Lo que pasa, es que si afina más se queda usted, sin escopeta.
Ahora le voy a preguntar: ¿Quién hace para su Ministerio las estadísticas para medir la inflación? Desde luego las amas de casa no, supongo que serán buenos economistas y buenos estadísticos, pues mire Sra. Ministra, le recomendaría que cambiara a esos técnicos por amas de casa.
Si esas amas de casa que pagan el aceite un 60% más y los huevos 25% más y las patatas y harina otro tanto, la leche también, es decir que la cesta de la compra no ha podido subir ese 14% sino que lo ha hecho por lo menos el doble, o más.
Porque si hubiera un dato de inflación solo para la cesta de la compra, que es ahí donde el ama de casa emplea la mayor parte del dinero que recibe, entonces se vería el dato real de inflación, lo demás son ingenierías estadísticas que juntan churras con merinas, como por ejemplo artículos de lujo con artículos de primera necesidad, como son los que entran en la cesta de la compra.
Sra. Ministra haga usted la prueba siguiente: entre en su supermercado con dos billetes de 50€ y usted solita después de haber comprado, despedirá a todos los economistas y a todos los estadísticos.
Este ejemplo es para demostrarle que no engañan a nadie y menos a las amas de casa, ahora lo que si puede pasar es que nos pongan unas gafas color “comida” y nos ocurra como a aquel burro que le puso su dueño una gafas de color verde, y cuando se acostumbró se murió.
SRA. MINISTRA APLIQUE USTED EL PROVERBIO CHINO, Y NO DÉ LIMOSNAS, DÉ USTED TRABAJO.