Ambas cosas son como el agua y el aceite las consecuencias las están padeciendo en Cataluña y en otras regiones de España también.

El impulso por desgracia llega antes a la persona que la reflexión y calma sus instintos y a veces su pecunia también pero la reflexión es un auto-filtro que hay que superar antes de cometer ninguna acción delictiva.

Hay, a mi entender, dos momentos en las vidas de todas las personas que están en el impulso o están en la reflexión estas son: la juventud y la madurez.

¿Hasta cuando se está en el primer estadio? Esto depende de las generaciones anteriores, si han sido modélicas para el bien, dando ejemplaridad de comportamiento a esas generaciones que las han de sustituir.

Si en cambio ha sido todo lo contrario y los jóvenes no han podido mirarse en un buen espejo, los impulsos se prolongarán y las reflexiones tardarán en llegar.

Las consecuencias de la tardanza se están palpando sobre todo en la parte más débil de España que es Cataluña donde la juventud actúa sólo por impulso haciendo todo el daño posible sin tener para nada en cuenta que detrás de todo ese daño hay personas y familiar enteras.

¿De quién es la responsabilidad de estos destrozos? Por supuesto de las autoridades que han de asumirla dando la seguridad que cada cual tiene derecho con la obligación de pagar impuestos.

En cuanto a la juventud sigue siendo un problema complejo. Pienso que lo más razonable sería que un equipo de personas doctas lo estudiaran para hacer que el tiempo del impulso se acortara lo más posible:

EDUCACIÓN.

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