Como ya he comentado en el capitulo anterior habíamos llegado a un entendimiento para cuando el CLUB VALDE AGUILA terminase en su aspecto promocional y termino o lo que es lo mismo ya no era rentable para nosotros por lo cual decidimos organizar una empresa de servicios que denominamos, GEDESER (gestoría de servicios) para ello empezamos montando un mínimo de estructura para poder desarrollar con cierta “imagen” los objetivos que nos habíamos puesto.
Alquilamos una oficina de dos despachos y una sala de juntas en la planta 11 de lo que era la Avda. del GENERALISIMO, 96, esquina a FELIX BOIX, por supuesto lo amueblamos de una manera bastante digna. Una vez todo en estado de función o operativo, nos pusimos a captar clientes para poder hacer negocios con ellos.
Con ADA yo tenía algo de experiencia ya que en cierta medida fui participe en su lanzamiento en toda España, pero sin ningún tipo de decisión sólo tenía por uno de los directivos una propuesta para colaborar con ellos. Hago esta aclaración porque el famoso lanzamiento fue un desastre total. Se usaron todos los medios publicitarios que había en esos momentos incluidos la televisión por supuesto en blanco y negro, – Hago esta aclaración por lo siguiente – el SPOT que se diseño para la campaña de lanzamiento en vez de atraer a las personas las asustaba y esto es literal con lo que ocurrió. Pues estaba basado en que una persona estaba en la carretera con su automóvil averiado y en esos momentos sale de detrás de unos árboles un señor con uniforme todo de oscuro con su correspondiente gorra y la impresión de que este buen señor era mas de asustar que de ayudar y así se asumió parte de los inversores y los promotores, y gracias a dos delegaciones de toda España que fueron a Cádiz y Oviedo ADA consiguió echar raíces.
En estas circunstancias negociamos con el Sr. Fernández que seguía al frente de la empresa pero con la participación de Cádiz y Oviedo. Había pasado al menos cinco años sin haber modificado la cuota de salida que se estableció 1.280 ptas. con este importe no había margen para poder comercializar ese producto en concreto. Propusimos crear una cuota de inicial de 500 ptas. Con lo cual nos daba margen para poder costear a promotores externos de esa manera llegamos a un acuerdo.
Uno de nuestros clientes que más colaboró con ADA fue los laboratorios Lepetit que aseguró toda la flota de automóvil de todos sus empleados. Teníamos tanto mi compañero y socio Emilio Oliva que tenía muy buena amistad con el director y por mi parte la tenía con el ejecutivo que dirigía a la brigada de visitadores médicos. Esta persona había sido compañero mío en la diplomatura de MARKETING y fuimos compañeros también en el grupo de cinco en la elaboración de la tesina ya comentada.
Como he dicho otro cliente importante fue GAL perfumerías – los poligonos industriales de Alcalá de Henares eran una zona de prioridad. Una de las ideas que la propusimos a GAL fue que como se empezó a poner de moda un bolsito no muy grande que empezaron a usar los hombres y los denominaban “mariconeras” porque no metían en el bolso los productos que cupiesen de la línea de caballero. La verdad es que vieron la idea a la primera y nos pusimos en marcha sin ninguna dilación, contacte con varios fabricantes de este tipo de bolso y nos decidimos por uno en la provincia de Alicante.
Aquella operación fue muy rentable para nuestra pequeña empresa que además estaba prácticamente arrancando y que sirvió para que mi socio, amigo y compadre se pudiera ir con su esposa e hijo a MEXICO de donde era ella y toda su familia.
Cuando volvió de MEXICO me propuso entrar en otro tipo de negocio que ya comentare en el próximo capítulo.
Cuando una idea como aquella sale bien, los primeros que se alegran son los ejecutivos que han participado de la misma porque repercute en promoción personal de todos los que han participado, en la toma de decisiones y en su ejecución. La verdad es que los números fueron fantásticos ya que en el primer momento de la puesta en el mercado se hizo con más de 300.000 mil “mariconeras” llenas de productos de aseo personal, por supuesto de la marca GAL y aun así hubo que repetir dos veces más, pero ambas con menos cantidad.