Voy a relatar el caso siguiente para aclarar como actuaba este Sr. y lo que le importaba la empresa. Un día me dice que deberíamos ir a Balaguer provincia de Lérida, que allí un distribuidor tenía dos mini-tractores y los tenía en depósito. El echó los poderes que le acreditaban y facultaban como dueño y administrador único. El viaje fue de una forma precipitada ya que salimos en coche de Madrid, serian las diez de la noche, y llegamos ya muy entrada la mañana y hasta primera hora de la tarde no pudimos hablar con nuestra persona, y la verdad es que fue un autentico desastre, como este individuo nos chalaneo, ya que los tractores, estaban valorados en 250.000 pesetas cada uno y el tipo nos ofreció 100.000 pesetas por los dos. Y cual no fue mi sorpresa que el Sr. Sánchez, estaba dispuesto a aceptar aquella miserable oferta, a la cual, yo me opuse con todos los argumentos que pude en esos momentos, incluido, los de la apropiación indebida. Por mi parte lo considere tan injusto que a sabiendas de que de aquellas 100.000 pesetas la mitad, eran para mi persona, me revele no aceptando aquel abuso. Así que nos volvimos sin tractores y sin dinero.
La vuelta fue peor porque sufrimos un accidente, muy grave al menos para mí, ya que a mi compañero no le paso nada. Resulta que salimos de Balaguer con destino Madrid, serian las nueve de la noche, o sea que nos tocaba conducir otra noche seguida de la anterior. Cuando habíamos rebasado Guadalajara serian las siete de la mañana, en que el sol había salido totalmente ya que era verano, y se cruzo una furgoneta que iba a una finca agrícola que había en el sentido contrario al que llevábamos nosotros.
Yo quede chocado y me desperté cuando me estaban dando los primeros auxilios en un hospital de Guadalajara, como anécdota decir: que las dos enfermeras que me estaban asistiendo, una le decía a su compañera –date prisa, y esta la respondió, – no te das cuenta de que es un crio, en esos críticos momentos yo tenía veintinueve años y gracias a su delicadeza, la cicatriz que tengo en la frente apenas es perceptible a la vista de los demás.
Lo importante vino después cuando una ambulancia me traslado del hospital de Guadalajara al hospital de La Paz de Madrid, que por cierto antes de llegar a su destino, que no era otro que el de la Paz, el conductor de la ambulancia, se perdió y el hombre no hacía nada más que preguntar que donde estaba La Paz, y yo detrás enterándome de todo no podia ni tan siquiera ayudarlo.
Al final llegue y estaba allí parte de mi familia, me ingresaron y me operaron de la rodilla amputándome un trozo de la rotula derecha, después tuve mi posoperatorio y la correspondiente rehabilitación, Gracias a Dios me recupere magníficamente y seguí con mis ilusiones.