
la entrada del lugar fueron unos sacos de simiente que
su propietario había dejado allí mientras tomaba una
copa de licor, no os digo nada amiguitos la que armó
Cantarín con los sacos, tanto es así, que la caravana del
Circo no pudo pasar por el pueblo, teniendo que cruzar
campo a través. Afortunadamente, esta fue la última
jugada de Cantarín, pues decidieron los payasos del
Circo que les vendría muy bien unas plumas para su
sombrero y también quedaron plumas para una
bailarina, que con su traje de colores, día a día, salía a
la pista para deleitarnos con sus danzas de música
suave y ligera -era el reposo de un día de grandes
variedades y fiesta-.
Tu despedida está próxima, ya se
acerca y hoy como homenaje a tu entrega, todo el
Circo en pleno, rinde su mejor adiós, a quién fuera su
mejor amiga y compañera. Todos decimos adiós a una
gran bailarina, que vivirá de recuerdos, y hoy se lleva
tus plumas. Terminando así la historia de Cantarín.
Como os he dicho amiguitos, no os voy a cansar
más, con historias y aventuras de Ratiplín, aunque
posiblemente, otro día si me lo pedís os la contaré
gustoso; entonces como el motivo de esta historia es
fundamentalmente el contaros lo que ocurrió y cómo
ocurrió el día más alegre y el más triste de la vida de
Ratiplín.
Ese día el Circo había llegado a un lugar que no era
nuevo en celebrar fiestas, pero ese año en aquel lugar
la cosecha había sido muy mala, tan mala que los que allí
vivían no podían nI tan siquiera mantener las
necesidades primarias o lo que es mejor, no podían ni
siquiera comer, pero el Circo como seguía su marcha
habitual lo que ahora diríamos programa de
actuaciones, pues se encontró con que ya estaban
instalados en ese lugar y pensaron, tanto el empresario
como los artistas. que podrían al menos obtener algo de
dinero que cubriese los gastos, es decir. poder comer
durante los días que estuviesen instalados en aquel
lugar, eso fue lo que pensaron, y así lo hicieron
entonces, todo transcurrió como de costumbre.
montando el Circo, preparando sus números, los
ensayaban y mientras tanto se alimentaban de las
pocas reservas que tenían. Una vez que el Ci reo estuvo
totalmente instalado y todo estaba a punto, esperando
como era habitual el momento del debut, ¿qué
ocurrió?… -pues bien-, como de costumbre todos los
niños se agruparon alrededor del Circo, pero ese año no
estaban sus papás, ya sabes amiguitos que al Circo se
suele ir con los papás, entonces Ratiplín se encaminó a
saludar a todos los niños del lugar, ya que los conocía
de todos los años, al aparecer Ratiplín, los niños
emocionados le pedían que les dejase entrar al Circo.