También deseo denunciar a las compañías de GAS y de ELECTRICIDAD, resulta que tanto unas como otras se valen de lo que ellos llaman comercializadoras y son éstas las que captan los clientes consumidores de estas empresas tanto de GAS como de ELECTRICIDAD.
En esas circunstancias esas COMERCIALIZADORAS se lanzan una vez más a los teléfonos de esos clientes para hacerles ofertas que no son reales, porque luego en el recibo te facturan realmente lo que dice la factura que has consumido, tanto la del GAS como la de ELECTRICIDAD.
El problema está, en que las compañías van por un lado y las comercializadoras van por otro, y forman tal batiburrillo que hace falta tener una mente despejada para entender el tinglado que tienen montado los unos y los otros.
Pero, la malo que tiene este descontrol, sobre todo por parte de las grandes compañías, es que a ellas lo que realmente les interesa es tener a los clientes consumidores lo más controlados posible y facturarles mensualmente, y a ser posible ONLINE, y la lucha de las comercializadoras les importa una higa, aunque esa lucha la tengan que pagar las personas mayores, que bastante tienen con asistir a sus médicos casi todos los días.
Voy a tratar de dar, al menos, una solución para que estas personas mayores no sean engañadas y timadas: tanto las personas que se cuelan en las casas para ofrecer objetos y servicios. Estas personas lo harían siempre identificadas de la siguiente forma: Lo primero que haría la persona que llama a un teléfono sería el identificarse y esa identificación sería de tal forma que no hubiera ninguna duda de que está llamando en nombre de determinada empresa y para ello las empresas facilitarían una clave la cual serviría para que la persona que ha recibido la llamada con la oferta X podría comprobar si le están haciendo una oferta real o se está tratando de un engaño o un timo.
Y si eso ocurriese, las compañías tendrían que responder ante la justicia de todos los perjuicios que se causaran.