Campos de otoño dorados
Foresta bermeja y siena
Aguas amigas, serenas.
El corazón remansado.
Ante el ojo enamorado
La mirada no se frena
El aura se expande plena.
El corazón remansado.
Tu silencio sosegado
Tu mano suave y morena
Tu sonrisa surge llena.
El sentimiento entregado.
Tu amor esperanzado
Me hace dichosa y tierna.
Leímos el poema la dama y nos encantó. Nos sorprendió en la calle y nos alegró el día.