«MEMORIAS DE UN DESCONOCIDO» CUARTA ENTREGA DEL CAPÍTULO 5

Y estando haciendo esta operación se dirige a mi supongo que para ponerse alguna medalla ante los hermanos Blanco, asturianos ellos, que eran los dueños de la incipiente, ya olvidada, cadena de cafeterías Nebraska. Fue bien despachado, ya que yo tenía el mazo en la mano y a partir de ese día se dio cuenta que nosotros pagamos los tres vasos de leche que tomábamos en el desayuno. Bueno esto pasó como una anécdota más.

Ahora deseo presentar a mis compañeros, en primer lugar el encargado Vicente Martín, hombre más bien alto y guapetón y me parece que era de Ávila. Él era el primer encargado, gran profesional. Después de segundo encargado estaba Casimiro Zapata Aparicio, madrileño de pro y uno de los mejores cerveceros que yo llegué a conocer, pues tiraba las cañas como nadie y aprendí mucho de él.

Después el Sr. Manolo, que era el encargado de la plancha y de la freiduría. Pero este hombre tenía una cruz que no se la deseo a nadie. Su esposa no estaba bien de la cabeza y mientras el pobre hombre hacia bocadillos de calamares y gambas a la plancha su mujer se plantaba delante del escaparate para vigilarlo.

Después Crispín era rarito, muy buen chico pero algo afeminado, pero eso antes se llevaba con mucha discreción, él era el que hacía las cosas de cocina, por ejemplo, cocer los pulpos, hacer las patatas alioli, las bravas, los boquerones en vinagre, etc.

Después Juanito, que como era más antiguo que yo y además era simpático, pues tenía un grado más que yo que había sido el último en llegar. Pero en el reino de los cielos los últimos serán los primeros. Podría contar muchas cosas de la cervecería Weimar, de mis compañeros, de los clientes diarios, de los hermanos Blanco que eran los dueños que guardaban la viña de tal manera y como eran cuatro, el mayor Ramón, después Saturnino, José y del pequeño no me acuerdo. Pero lo que sí puedo asegurar es que allí no se perdía ni una “uva”. La verdad aunque supongo que ya este grupo estará en manos de otras generaciones, han tenido buena escuela, pues es la única cadena de cafeterías que perdura en Madrid.

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