«MEMORIAS DE UN DESCONOCIDO» PRIMERA ENTREGA DEL CAPÍTULO 37

LA GRAN CARTA, este fue el proyecto en los últimos estertores de mi vida empresaria y la verdad es que no pudo ser más bello.

GRAN CARTA era una guía de Restaurantes no al uso sino que se iba a editar con formato de libro, donde cupiesen todas las cartas de los restaurantes seleccionados, para esta selección encontré información adecuada llegando a la conclusión que los establecimientos que me interesaban era los de tres tenedores en adelante, porque serian estos los que soportarían el coste, ya que LA GRAN CARTA la recibirían los usuarios de manera gratuita.

También tuve que hacer una labor de investigación para hacerme con los listados de grandes empresas, instituciones públicas y agrupaciones profesionales, hasta llegar a las cinco mil direcciones concretas, que coincidieran con el número de ejemplares de la guía que se editarían.

Como he dicho estas guías de lujo por su encuadernación y sobre todo por su contenido, pues eran o serian unos trescientos restaurantes los que incluirían sus cartas o menús en la GRAN CARTA, convirtiéndose esta en la guía de guías. La periodicidad sería anual, que era el tiempo en que la mayoría de estos establecimientos cambiaban o introducían alguna novedad en sus menús.

Para todo ello, pude realizar con la ayuda de una sobrina que estaba recién licenciada en bellas artes, una maqueta muy atractiva, para la cual utilizamos una serie de fotografías que nos había facilitado el restaurante LARDY, recurrí a ellos por ser si no el decano de Madrid si uno de ellos. Con la maravillosa maqueta y el mailing que se hizo, en una carta de súper lujo, con el anagrama de GRAN CARTA, el texto difuminado, y de fondo un racimo de uvas y un manojo de espigas de trigo, todo ello sobre el folio semidorado, hizo al menos que fuera impactante.

Cuando lanzaba LA GRAN CARTA, internet aún era incipiente pero no le perdía de vista, porque la idea hubiese sido ideal utilizando la poderosa herramienta digital como es hoy internet, entonces LA GRAN CARTA aparte de ser guía de guías también hubiese sido central de reservas.

Solamente decir: que en lo único que tuve colaboración fue en el diseño de la maqueta y en el de la carta que ya he explicado cómo era. Todo ello lo hice con muy poquito dinero, pero eso para mí nunca ha sido un obstáculo para emprender cualquier tipo de empresa. Pero estoy convencido que los milagros en el plano material no existen lo que si existe es la voluntad de las personas.

Después de hacer todo el trabajo: el de mecanografiar los sobres, plegar las cartas, llevarlas a Correos y visitar todos los restaurantes que había prospectados (esto último lo hice con una señora que me acompañaba), conseguí algunos contratos pero estos eran un poco caros según los dueños de los mismos, el precio en si era el de setenta y cinco pesetas, pero había que calibrar lo que significaba entrar con su carta a través de una guía de lujo como era LA GRAN CARTA, con cinco mil direcciones entre empresas de primer nivel, instituciones y agrupaciones profesionales a través de sus respectivos colegios.
Los datos económicos que había realizado no me permitían salir al mercado con menos precio, aunque si esta idea se hubiese consolidado y en consecuencia hubiese entrado algún espónsor del sector de hostelería, hubiese aliviado la financiación, lo que hubiese significado un menor precio para los hosteleros.

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