EL PROBLEMA DEL CAMPO

EL PROBLEMA DEL CAMPO

            En principio voy a tratar de esquematizar todos los factores, personas, actividades y empresas que intervienen en este problema que viene muy de atrás y ha explotado en estos momentos.

            En primer lugar está, por  supuesto, los más afectados que son los agricultores productores. Después están los productores no propietarios. A continuación están los mercados exteriores, seguidamente entran los asentadores intermediarios, a reglón seguido, entran los distribuidores -grandes superficies e hipermercados. También la industria alimentaria y como no el comercio especializado de pequeñas fruterías.

            Creo no dejar nada que pueda afectar a este gran problema ahora planteado, pero como he dicho viene de muy atrás.

            Los agricultores productores: si quieren resolver sus problemas han de organizarse de tal forma que tengan la suficiente fuerza para negociar de igual a igual con todas las organizaciones comerciales que intervienen en este mercado. Llámese intermediarios -mercado exterior y grandes superficies- hipermercados.

            Por supuesto que ningún productor individualmente puede ejercer este tipo de negociación pero si puede hacerlo a través de cooperativas si éstas, están preparadas y organizadas para defender los intereses de sus cooperativistas. Entonces, en los propios estatutos de dichas cooperativas se recogería establecer que ningún cooperativista podría negociar por su cuenta y menos aún vender sus futuras cosechas. Estas cooperativas serían también gestoras del mercado exterior en nombre de su cooperativista relevando de esta gestión a los intermediarios -asentadores.

            Intermediarios -asentadores, estas personas físicas o empresas no tienen porqué desaparecer, sino que tendrían que acomodarse a una situación de reparto más lógica -que veremos más adelante-.

            Ahora diremos algo sobre los grandes distribuidores como tales y siempre que no actúen como asentadores. Estas cadenas de supermercados e hipermercados lo que persiguen es ofrecer al consumidor el mejor precio posible así como la mayor calidad y ahí terminan sus objetivos en este tema.

            Luego entran los aislados supermercados y los especializados es decir: las fruterías de toda la vida, formando un solo eslabón de la cadena y que tienen prácticamente la misma problemática que las grandes superficies, salvando que no tienen el mismo poder de compra lo que les hace menos competidores, aunque juegan con una baza a favor, su cercanía al cliente consumidor.

            Otro eslabón es la industria conservera con su particular modo de operar, ya que, puede absorber género que no sirve ni para exportarlos ni para exponerlos en los lineales. Esto no quiere decir que haya detrimento en lo esencial, sino que tienen otro tratamiento, pero no deja de ser eslabón.

            Una vez definida la cadena que interviene desde que una fruta se hace en el árbol o un grano de ….. o una aceituna se da en el olivo así como todos los productos hortofrutícolas que se producen en nuestra bendita España.

            Hemos dicho que la cadena está formada por siete eslabones pero que la reduzco a seis para simplificarla lo más posible.

  1. El productor.
  2. El mercado exterior.
  3. Intermediario -asentador.
  4. Distribuidores -grandes superficies y grandes cadenas.
  5. Pequeños supermercados y fruterías.
  6. La industria conservera.

            Ahora lo que vamos a ver es lo siguiente: analizar a dónde van los euros que produce este sector, pero de una manera sencilla de tal forma que hasta un servidor lo entienda así que doy por hecho que los grandes economistas no tendrán ningún tipo de problema.

            Entonces si el kilo de manzanas, por ejemplo, se cotiza en el campo a 30 céntimos de euro, y después cuesta entre 3 y 3,5 euros, la diferencia es de unos tres euros, o sea, que la diferencia puede estar en algo más de tres.

            Si tenemos en cuenta toda la cadena con sus correspondientes eslabones, cada uno de ellos también con sus correspondientes estructuras de gasto de acuerdo a su actividad, su inversión para poderla realizar e implantar y los beneficios a obtener teniendo también en cuenta si esa actividad es única o es complementaria.

            Si tenemos en cuenta todos estos factores, a cada eslabón le corresponderá X si el reparto de esos tres euros se hace de la mejor manera posible y también lo más equitativo.

            Para llegar a estas conclusiones hoy existen instrumentos suficientes además de buenos economistas.

            No se trata de intervenir precios, sino de saber cómo se distribuye el beneficio.

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