Entre una utopía y un sueño hay muy poca distancia, en el sueño actúas dormido y en la utopía lo haces despierto.

Ante la situación que está sufriendo un país como Ucrania en el que Rusia está arrasando absolutamente todo: ancianos, mujeres, niños, además está destruyendo la posibilidad de supervivencia ya que atacan y destrozan las instalaciones básicas, como son los campos donde se producen alimentos, las instalaciones que producen energía y el colmo arrasan también los depósitos de agua y no contento aún el Sr. de la “cara de luna” llamado Putin que también los deja sin poderse resguardar del frio, ya que sus misiles aniquilan a escombros los edificios donde viven personas civiles.

Esto es una consecuencia de la guerra por invasión que la Rusia del Sr. Putin está realizando a placer al pueblo de Ucrania.

Digo a placer porque Rusia no tiene enfrente a un enemigo, sino que lo que tiene enfrente es el orgullo y la moral que da ese orgullo.

Ahí va la utopía: debería haber un organismo mundial para resolver estas malignas situaciones en toda guerra, y si además son por invasión, se tendrían que verse condenados todos los dirigentes del país invasor.

Este organismo tendría que ser, con una autoridad reconocida por todas las naciones del mundo, y aquella que se quedase fuera estaría aislada internacionalmente, con lo que eso significaría para el aislado.

Hoy por hoy Ucrania está recibiendo ayuda de numerosos países pero que es “pan para hoy y hambre para mañana”.

Alguien se preguntará que ya hay organismos como son la ONU, la OTAN, y la UNIÓN EUROPEA. Estos organismos han servido de muy poco ya que en estos momentos que yo sepa, ya no se ven aquellos cascos azules que salían en el NODO.

Lo que deseo decir es que las guerras tendrían que estar prohibidas como se prohíbe el hacer pipi en la vía pública, siendo esto último más insignificante, pero muchísimo más, que cualquier guerra, y en cambio está totalmente prohibido.

El mundo se nutre de pequeños y grandes paradojas, esto es bien cierto, como lo es también que las utopías son adornos de la literatura.

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