Al igual que escribo para los demás, hoy escribo para mí. Esto que digo no es nada nuevo pues ya lo dijo MIKA WALTARI en su novela SINUHÉ EL EGIPCIO. Por cierto que fue la primera novela que cayó en mis manos y la leí y por desgracia pasaron años sin volver a leer otra.

Aunque hoy tengo ochenta años cumpliditos y he escrito mis memorias hasta los setenta y cinco, voy a escribir cosas que me vienen ahora, a mi mente, cosas paradójicas.

Como por ejemplo: el que mi padre, al cumplir los trece años me hiciera un examen consistente en resolver cuatro cuentas utilizando las cuatro reglas y como las aprobé todas, me dijo que ya no hacía falta que siguiera en el colegio, y al día siguiente me llevó a un bar que el dueño era un pariente suyo y me dejó allí colocado.

Ésta fue resumiendo la tutoría que pude tener en mi adolescencia, esto pasó cuando no pudieron mis padres pagar sesenta pesetas al mes o lo que es lo mismo dos pesetas diarias a un maestro que estaba especializado en preparar a adolescentes para hacer el ingreso y primero de bachillerato, ya que contábamos en la ciudad de DUCAL de OSUNA con Instituto de Segunda Enseñanza, el cuál antes de Instituto fue Universidad. Creada por el primer Duque de Osuna de ahí lo de Ciudad Ducal.

A partir de esos trece años no hago otra cosa que tomar decisiones pues después de trabajar en casi todos los bares de OSUNA, a los quince años tomé quizás la gran decisión de mi vida, que fue el dar el salto de Osuna a Madrid, y entonces tenía ya los quince años.

No voy a explicar las razones por las que tomé esa gran decisión, ya que algo digo en mis memorias ya escritas y publicadas, lo que sí puedo asegurar es que tenía poderosas razones para hacer lo que hice.

Desde entonces con esos quince años a hoy que tengo ochenta, he vivido como comprenderán muchas experiencias y puedo decir que todas ellas han sido tratando de favorecer a mis semejantes, eso sí siempre con la justicia por delante y las buenas intenciones.

En todo ese periodo de más de sesenta años, no tuve no ya un tutor es más ni tan siquiera un consejero que me ayudase en mis decisiones, yo en cambio sí fui consejero de otras personas.

Si alguien desea saber más de mi vida, lo remito a mis memorias publicadas en esta misma página web.

Lo único que me puedo decir a mi mismo es que me siento orgulloso de haber vivido aunque sea un hombre pobre materialmente hablando, aún así no cambio mi experiencia de rectitud y justicia por nada de este mundo, y por haber sido apreciado por todas las personas que me han llegado a conocer.
Y si tengo algún lamento éste ha sido el no tener o haber tenido no ya un tutor si no un buen MAESTRO que me hubiese ayudado a tomar tantas decisiones como he tenido que tomar a lo largo de mis ochenta años.

POR MUY INTELIGENTE QUE SE SEA, LO IMPORTANTE ES QUE TE DIRIJA ALGUIEN MÁS INTELIGENTE QUE TÚ.