Esto es lo que sentí al escuchar a nuestro “Sr.” Presidente en su discurso interminable, en el Senado o como dicen algunos en la Cámara Alta, y para que no faltara nada tenía su Alicia personal en la Sra. Calviño.

Escuchando a este “señor” los problemas y el penar de todo lo que está pasando la gente de este país, no existen, como por ejemplo: que no hay inflación ya que se está ocupando de eliminarla, por supuesto en contra de su voluntad, ya que con esa inflación tiene para dar muchas limosnas para que en las próximas elecciones, le voten a él.

Ahora, deflactar la inflación no, ya que eso sería ayudar a las familias a poder llegar a fin de mes, bajar el IVA tampoco, sobre todo para aquellos productos de primera necesidad en la cesta de la compra.

Bajar los impuestos como están haciendo en otros países de la Unión Europea tampoco, porque según este “Sr.” Presidente el dinero que las personas ganan con su trabajo, está mejor en los bolsillos del Estado que en los de las personas que lo han obtenido con el sudor de su frente.
Según técnicos en estas materias, al día de hoy un trabajador de cualquier actividad y de cualquier sector dedica siente meses y medio de cada año, todo lo que gane, en darlo al estado vía impuestos.

Yo pienso que sería más conveniente darle al Estado todos los ingresos obtenidos en todo el año y así sería el Estado el que nos cuidaría, nos mantendría y nos daría felicidad, y así entraríamos en un mundo sin ningún tipo de problemas y estas gentuzas que nos dirigen, se quedarían contentos por haber anulado esta sociedad, con sus clases baja, media y alta.

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El anfitrión o anfitriona toma el libro y pregunta a cada una de las personas que componen la reunión, que digan un número de 1 al 1001 y la persona que tiene el libro lo busca y una vez localizado, lee la reflexión en voz alta y han de estar de acuerdo con el texto de la reflexión leída y si hay alguien que no lo esté debe razonar el por qué no lo está.