Este título que encabeza este escrito no deja de ser una utopía, pero nadie me negará que es una utopía noble, generosa y llena de humanidad.
En los tiempos que nos están tocando vivir, no hay lugar para ninguna clase de utopía, pero hay que seguir soñando hasta que los sueños se hagan realidad o al menos hasta que todo salte por los aires.
En el año 1984 escribí un libro titulado: DOS CUENTOS, UN SUEÑO, OTRAS EPISTOLAS, ALGUNAS REFLEXIONES, DOS UTOPÍAS Y OTROS POEMAS, el cual me lo edito AMAZON -en maldita la hora que tomé esa decisión- en todo ese batiburrillo de ideas llegué a la reflexión siguiente: que antes o después, desapareceríamos todos los seres humanos de esta bendita tierra que tanto nos ha dado y tanto nos sigue dando.
¿Por qué llegué a esta conclusión? en el 1984 del siglo pasado ya existían entonces grandes silos llenos de cabezas nucleares, poseídas por distintos países y a esta fecha de 2022 de nuestro siglo en que han transcurrido unos cuarenta años, han aumentado los países y han aumentado las cabezas y si se pudiera conocer el total actual, se sabría que hay energía acumulada par hacer desaparecer la tierra no sé cuantas veces. Esto por desgracia es una gran Realidad.
Lo único que haría cambiar estas tristísimas predicciones serían los mismos seres humanos que serían destruidos, para ello sería tan sencillo y tan difícil como que desterraran el egoísmo y también ese amor propio que nos hace a los seres humanos estar por encima de los demás y que siempre estuviéramos dirigidos por los mejores, los más inteligentes, los más honrados y también los bondadosos y por supuesto teniendo un sentido de la responsabilidad humana que llegase a comprender todas las causas de todo el mundo.
Como verán mis lectores tengo una tendencia a la utopía que no es normal, pero prefiero esa tendencia que la de ver todo negro y no poder conciliar el sueño por las noches ya que duermo a pierna suelta.
Si estas utopías fueran posibles y fueran una realidad se evitarían Leyes como la última sobre el aborto, y que una niña de dieciséis años no podría abortar sin ningún tipo de trabas. ¿Por qué? Porque una persona de esa edad está aún inmadura intelectualmente hablando.
Por supuesto, que la responsabilidad no es de estas personas-niñas, sino de quién hace estas leyes que permiten y alientan a destruir y en consecuencia matar a personas que están aún en el vientre de sus madres -quede esto muy clarito- que no solo la tienen los legisladores y las legisladoras, sino que también tienen la responsabilidad de destrozar la vida de esas personas-niñas y las que no son tan niñas.
O sea que entre los asesinos atómicos y las leyes abortistas, estamos como suspendidos en el espacio sin saber si podemos pisar en el suelo, ya con los sustos que nos da la naturaleza con sus fenómenos naturales estamos más que servidos, así que ahórrense los humanos de jorobarnos a nosotros mismos, o a sí mismos.
EL LIBRO LAS MIL Y UNA REFLEXIONES
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LA FUNDACIÓN ALADINA DE NIÑOS CON CANCER
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Ud. debería comprar este libro por dos razones:
La primera, para ayudar a unos niños que, por desgracia, padecen CANCER.
La segunda, tener un libro de Mil Y UNA REFLEXIONES, que aunque no sea alta FILOSOFÍA, sí es la filosofía de la vida, que nos está tocando vivir, en estos tiempos de enorme competencia.
