Hace unos siete años que pasamos buena parte del mes de agosto en Navacerrada, concretamente en el Hotel Rural Hacienda Los Robles, y al estar tan cerca Becerril de la Sierra solemos acercarnos siempre a este lugar. Cuál fue nuestra sorpresa el primer año que buscando un lugar para merendar nos fue muy fácil encontrarlo, y nada menos que la mejor cafetería-pastelería, sobre todo en pastelería. Está situado en la almendra de Becerril. He de decir que soy persona bastante “golosa” lo cual me da motivo para tener cierto olfato -creo que puede ser apropiado el término en este caso – entonces cuando llego a un lugar nuevo, pueblo o ciudad, una de mis curiosidades son las pastelería del lugar – de ahí lo del olfato. Bueno he de decir que en el sur se pueden localizar no muchas buenas pastelerías quizás en Granada y en algún otro lugar por supuesto. Pero donde las hay muy buenas es en el norte, concretamente en Asturias y particularmente en Llanes; éste lugar era para mí el “templo sagrado” de la repostería. Ahora después de haber conocido la Pastelería DOMCA son dos los “templos sagrados” que tengo. Pues si tuviera que elegir siempre me quedaría con los dos, sólo que Becerril está a media hora de Madrid.

         La primera visita que hicimos este agosto ha sido el día nueve del mismo. Estuvimos merendando mi esposa y yo; ella pidió bizcocho de yogur y para mí fue una palmera glaseada, ambas con nuestros correspondientes cafés descafeinados. Hasta aquí he ido pudiendo transmitir todo lo que aconteció, pero a partir de ahora será un poco más difícil el hacerlo ya que las vitrinas de la pastelería que eran enormes estaban tan surtidas que merece la pena detallar sus contenidos. En una había treinta y seis clases de pasteles distintos, más veinticuatro tipos de tartas incluido el ponche segoviano. Era tal la presentación que tanto los pasteles como las tartas estaban pintados por el pintor más realista como es Antonio López, también he de destacar la colección de pastas de té. El surtido de la bollería es enorme y que usamos en nuestras meriendas: toda ella riquísima.

         Imagino que detrás de todas estas exquisiteces está un gran obrador de pastelería y al frente del mismo un gran maestro pastelero.

         Antes de cerrar este comentario deseo destacar también el servicio de la cafetería la cual está atendida por cuatro señoritas jóvenes simpáticas, atentas y por cierto muy monas todas, sobre todo una de ellas que era la que atendía todas las mesas, con una eficacia totalmente fuera de lo común.

         Felicitamos a DOMCA, a sus dueños y todo su personal.