Al menos hay una persona que se atreve a poner los puntos sobre las íes denunciando al Tribunal Constitucional y en consecuencia a todos los miembros que lo componen. Ello lo hace en la tercera de ABC de fecha 26 de marzo de 2021 y no lo hace un cualquiera, no, lo hace D. Julio Banacloche Palao. Este Sr. Es catedrático de Derecho Procesal de la U.C.M.
Ya lo dije en un comentario que publiqué en esta página y que lo titulé “La justicia es una cosa muy seria”.
En él decía que era imposible que la justicia fuera independiente porque: la justicia no está vendida, no, la justicia está comprada por el poder político y esa compra además se hace con chalaneo.
¿Cómo es posible que los que tienen que velar por nuestros derechos y obligaciones sean entretenimiento de los políticos como las hojas son del viento?
¿A quién pretenden vender los señores del Constitucional, que un recurso en sus manos dure más de diez años con sus correspondientes 3.650 días y con sus correspondientes noches también?
Saben estos señores del Constitucional que si están donde están, es para velar por nuestra seguridad jurídica y no para estar al dictado de los políticos de turno y saben también que la Constitución no es de nadie es del Pueblo que la ha votado y ellos deben ser los vigías de que los cauces constitucionales no se desvíen lo más mínimo.
No me extraña que en estos momentos sea España el hazmerreír de todo el mundo y hasta el país hermano que es Portugal nos da lecciones de cómo se tienen que comportar todos los tribunales por supuesto dando ejemplo su Tribunal Constitucional.
Otro asunto que hay que resaltar es cómo el legislativo puede legislar en contra de los cauces constitucionales sin que estos vigías les pongan ningún freno sino todo lo contrario, le den a los políticos el tiempo suficiente para ejecutar sus fechorías de tal manera que en los once años que el Tribunal constitucional lleva sin pronunciarse sobre la Ley del aborto, ¿Cuántas vidas de criaturas se hubiesen salvado?
Si no son capaces de defender a esas criaturas defiéndanos a nosotros los que hemos votado el texto completo de manera abrumadora de nuestra Constitución, y si no, expliquen ustedes con todo ese tiempo que es lo que hacen.
Les voy a contar un cuento que viene ni pintado al caso: resulta que iba una mujer muy agraciada en el Metro en hora punta y un “espabilao” se pega a ella y ésta se vuelve y le dice ¿Qué hace usted? Y el “espabilao” contesta, yo nada, y dice de nuevo ella, pues si no hace usted nada deje usted a otro.
Cuanto más alto se sube más responsabilidad se alcanza.
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